19/04/2025

¿UN SALTO AL VACÍO?

 

Hace un tiempo leí de esta misma plataforma un artículo bajo el título de El “salto” que marcó mi vida, donde el autor narra sus experiencias persiguiendo el sueño de convertirse en Paracaidista Básico Militar, texto que me inspiró a escribir esto.

Estando en mi sexto año de Capitán y como parte del desarrollo profesional de un oficial subalterno ya próximo a ser oficial jefe, está la opción de postular, y de ser exitoso, integrar el curso regular de estado mayor de la Academia de Guerra del Ejército.

Corría marzo del 2022 cuando debí tomar esta trascendental decisión. Sin embargo, tuve una noticia que alteró este curso; la aceptación como alumno de un máster a tiempo completo en la Universidad de Duke en los Estados Unidos, una de las mejores universidades del país, bajo el auspicio de una beca privada a la que sin mucha esperanza había postulado, pero que gracias al impulso y confianza de algunos oficiales a los que conocí en mis despliegues en misiones de paz y mi familia, logré adjudicarme.

No fue una decisión fácil, ya que nuestra “cultura militar”[1] supone un proceder considerado normal en la carrera, además del cuestionamiento continuo del “qué dirán.” Estaban además las preguntas que como padre de dos niños me hacía por el bienestar de mi familia, ya que esto significaba desprenderme de la seguridad que da el tener un trabajo y estabilidad y dedicarme a tiempo completo a ser estudiante.

Lo curioso, es que fue el mismo Ejército a través de su Ethos[2] y el proceso formativo que recibí durante 18 años, junto con la instrucción recibida en las salas de clases, en terreno, el día a día, con mis subalternos, compañeros y mandos, que me dieron las herramientas necesarias. Un paracaídas, sustentado en valores y experiencia, no solo para tomar esta decisión y dar ese salto, sino también para transitar exitosamente esos dos años de estudio. Todo para lograr una buena caída aterrizaje y cumplir la misión.

Así, con prudencia, y analizando distintas variables y confiando en el material que me dio el Ejército, tomé la decisión de ir a Estados Unidos a estudiar junto con mi familia y usar esta experiencia para ampliar mi bagaje personal y profesional, solicitando un permiso sin goce de sueldo por 24 meses que partió en agosto de ese mismo año.

Durante esos dos años compartí sala con un grupo de personas de distintos países y experiencias.  Economistas, trabajadores humanitarios, sociólogos y cientistas políticos de destacados organismos dentro de los Estados Unidos y de otros países con influencia regional y global. Sin embargo, y al poco tiempo de rodaje dentro del año universitario, me di cuenta de ciertas ventajas que ninguno de mis compañeros tenía.

Algunas de esas ventajas se dieron por la experiencia profesional que pude adquirir en el Ejército. Ya sea en apoyo en desastres naturales, donde todos hemos experimentado estas operaciones ya sea en terremotos, incendios forestales o también en mi caso particular, en misiones de paz en Bosnia y Herzegovina trabajando con las comunidades en conflicto y además de un despliegue Oriente Medio como observador militar, supervisando los ceses al fuego o separaciones de fuerza entre las partes en conflicto.

El Ejército me entregó una experiencia práctica, de terreno, donde uno trabaja a la par y al lado de sus soldados enfocado en estos casos a quienes prestábamos ayuda. Me dio una visión tangible y realista de las cosas, que, en la sala de clases, servían para dar soluciones prácticas a elementos que muchas veces mis compañeros de estudio solo conocían en la teoría. Tenía capacidad de maniobrar con este paracaídas en un ambiente ajeno.

Esa misma experiencia sirvió al momento de desarrollar una pasantía profesional en una ONG contratista de USAID[3]. Allí, además de trabajar constantemente en inglés, debí relacionarme con diversos actores, tanto civiles como uniformados, algunos con ideas preconcebidas sobre Chile y las Fuerzas Armadas del país, usando habilidades comunicacionales y manejo de situaciones complejas que solo la práctica entrega.

Junto con lo anterior, mis años en el Ejército me entregaron valores y virtudes que, si bien existen en el mundo civil, solo en lugares como el mundo militar se desarrollan y se ponen en práctica en el día a día. Así, afronté en un segundo idioma, el exigente mundo académico de Estados Unidos, donde más de algún trasnoche pasé por trabajos y repetí lecturas o escribí extensos artículos sobre economía, DICA[4], o análisis de conflictos actuales.

Gracias a virtudes como la templanza, valores como la disciplina y la habilidad para planificar mis tiempos pude enfrentar y balancear mis responsabilidades como estudiante y también como padre de familia. También fue clave la flexibilidad para evitar que las continuas contingencias fueran en desmedro de alguno de mis roles, teniendo siempre como objetivo el cumplir la meta que me autoimpuse, siendo responsable con mi familia, la cual es y seguirá siendo mi razón de ser.

Al regresar al Ejército muchas veces me han preguntado: ¿y qué estudiaste antes para poder hacer eso? Para sorpresa de todos, les decía que mis estudios eran los que obtuve en la Escuela Militar, con mi título profesional y licenciatura. Como militares tendemos a mirarnos en menos cuando nos comparamos con otras profesiones y no entendemos el valor de la propuesta que entrega la carrera militar tanto en educación como experiencia, suma que nos hace a todos los miembros de la Institución únicos a nivel global.

¿Fue este proyecto un salto al vacío? Claro que sí. La incertidumbre que genera salir de la zona de confort es grande y constante, pero el Ejército me dio un paracaídas compuesto de valores y herramientas profesionales que me sirvieron para cumplir de forma exitosa la misión.

[1] Conjunto de normas, valores, tradiciones y formas de pensar que caracterizan el comportamiento del militar profesional en los diferentes niveles jerárquicos (Manual Ethos Militar del Ejército de Chile, 2024).

[2] Conjunto de virtudes, convicciones, creencias morales, tradiciones y reglas de conducta que caracterizan la forma de ser del militar y, por tanto, de la Institución, conformando un estilo de vida particular que marca su cultura y forja su carácter (Manual Ethos Militar del Ejército de Chile, 2024).

[3] Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID por sus siglas en inglés), es a principal agencia norteamericana que extiende ayuda a países en casos de desastres, y en procesos de reformas democráticas.

[4] Derecho Internacional de los Conflictos Armados

Jorge Delgado Golusda

Apasionado por la educación, relaciones cívico-militares, políticas públicas y relaciones internacionales. jorge.delgadogolusda@alumni.duke.edu

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