Los no tan nuevos “Principios de la guerra”

Alguien dijo una vez “para aprender algo nuevo, hay que leer un libro viejo”…

Hace unas semanas, desempolvando libros viejos, me topé con “La influencia decisiva del comandante”, un libro de mi padre que relata hechos de armas donde diferentes comandantes lograron vencer, involucrándose activamente en las situaciones desesperadas en que se encontraban. Durante la lectura, fue imposible no compararlo con “La máscara del mando” de John Keegan, que en un formato similar, expone la importancia de la ubicación física de los comandantes para influir en su tropa, desde Alejandro Magno hasta algunos contemporáneos.

Sin embargo, la trama de los dos libros se basa en contextos muy distintos a los de hoy, y gira en torno a la forma en que estos grandes líderes aplicaron los principios de la guerra[1] y su experiencia personal, para influir en el particular ambiente de caos que les tocó vivir y así, salir victoriosos. Derivado de estas lecturas y especialmente de la gran acumulación de trabajo administrativo que se me generó, me fue imposible no reflexionar sobre la aplicación y validez en la actualidad de estos principios de la guerra.

En este sentido, la “actualidad” y su entorno (civil u operacional militar) se suelen resumir con el acrónimo anglosajón “VUCA”[2], que explica como las variables que inciden en un problema son tantas, que llegan a ser inabordables por el ser humano, en consecuencia, los efectos de estas son impredecibles. Afortunadamente, en los últimos conflictos estos principios han demostrado que continúan siendo válidos para intentar organizar nuestras acciones al enfrentar el caos.

Ahora bien, cada generación enfrenta su propio desafío y pelea su propia guerra. Las preguntas que surgen entonces son: ¿Cuál es nuestra guerra, habiendo alcanzado la anhelada paz que entrega la disuasión, ad portas de saltar al desarrollo como país, en tiempos de posverad[3], relativización de valores y crisis de credibilidad de las instituciones tradicionales? y ¿con qué principios de la guerra debemos abordar la paz?

Estimo que además de continuar con los nueve principios de la guerra tradicionales, debemos sumar tres más, que en realidad no son tan nuevos, siempre han existido como parte de los valores cardinales, pero clarificados, hoy permiten ser guía en el actuar: transparencia, probidad y responsabilidad (accountability).

1.    Transparencia: Respeto y cautela a la publicidad de los actos, resoluciones, procedimientos y documentos de la administración, facilitando el acceso de cualquier persona a esta información[4].

2.    Probidad: Honradez, rectitud e integridad en el actuar. Que constituye una obligación legal para todo empleado público[5].

3.    Responsabilidad (accountability): Concerniente a la capacidad que tienen los líderes para ejercer su rol rindiendo cuentas por sus resultados de manera autónoma y responsable[6].

De lo anterior, resulta intuitivo pensar que en la paz los comandantes se debiesen transformar en hábiles y meticulosos oficinistas preocupados en forma y fondo de los volúmenes cada día más grandes de documentación a tramitar (como la que me espera sobre mi escritorio). Y es así donde nace una nueva pregunta: ¿Dónde tienen que estar los comandantes en las situaciones complejas de paz?

Creo que la respuesta es simple, en todo tiempo los comandantes tienen que estar donde se les necesita. Aunque suene de perogrullo, se les necesita en la oficina, pero más aún en contacto con su gente. Es decir, ante la volatilidad, incertidumbre, ambigüedad y complejidad del ambiente de paz un líder debe estar más cercano que antes, debe volver al frente y retomar liderazgo heroico de Alejandro Magno, no para morir en combate, pero sí para ser visible, demostrar con el ejemplo personal y hacerse partícipe de los efectos de sus decisiones.

Y cuando estén al frente ¿Dónde tienen que estar?, ¿Cómo tienen que liderar?, ¿Qué tienen que decir? La verdad es que no hay un dónde, cómo o qué en particular y no es necesario que exista. Como dice Simon Sinec, más importante que dónde, cómo o qué es el porqué. Y el porqué es más claro aún: porqué hay que volver a las bases, porqué hay que restaurar las confianzas, porqué hay que dar esperanza para el futuro y especialmente porqué hay que formar a las nuevas generaciones.

Solo dense el tiempo, salgan y escuchen a su gente… 

En los próximos artículos, abordaremos algunos tips para gestionar adecuadamente el tiempo, ser administrativamente eficiente y tener espacios para transmitir el porqué.

 

 Notas al pie de pagina y referencias bibliográficas 

·      GONZALEZ Salinas, Edmundo (1976). “La influencia decisiva del comandante”. Biblioteca del oficial Volumen LV Memorial del Ejército de Chile Nº 388.

·      KEEGAN John (2016). “La mascara del mando: un estudio sobre liderazgo”. Madrid, Turner.

·      SINEK Simon (2011). “Start with way”. Penguin Books Ltd. Londres.



[1] Unidad de esfuerzo, libertad de acción, ofensiva, definición y mantención del objetivo, economía de las fuerzas y reunión de los medios, sorpresa y seguridad, simplicidad, unidad de mando, maniobra. 
[2] Volátil, incierto, complejo y ambiguo.
[3] Neologismo que expresa la distorsión deliberada de la realidad para influir en la opinión pública y actitudes sociales mediante emociones que restan importancia a hechos objetivos.
[4] Información de detalle se puede encontrar en la pagina web del Ejército de Chile https://www.ejercito.cl/home
[5] Ley 19.653 “Sobre probidad administrativa aplicable de los órganos de la administración del estado”.

2 thoughts on “Los no tan nuevos “Principios de la guerra”

  1. La transparencia Habla de respeto y cautela”. No es transparentar o socializar todos los actos y acciones sin temor, a fin de evitar la creciente crítica social, en particular de la clase política y de los medios de comunicación, que cada día cobran mayor atención de la ciudadanía…. Etc
    El Cdte. en lugar de estar en la oficina el mayor tiempo (es una tarea administrativa neta), debe abocarse a estar mayor tiempo con la tropa y en academias de instrucción integral, desde las cognitivas de un buen soldado, hasta las de combate y particularmente las de “liderazgo”.
    Por ej. Todo acto del accionar militar, debe ser transparentado hacia los mandos superiores y en especial a los subalternos (hay un dicho que dice que para arriba se puede ocultar, pero a los subordinados nunca jamás, porque lo sabrán pronto)…… En este sentido, la transparencia hoy en día es un valor fundamental y inedoluble para un buen Comandante…..

    1. Gracias por tu comentario Juan Pablo!!. Te encuentro toda la razón, los subordinados siembre sabrán como somos exactamente. El próximo artículo intentará dar algunos tips para estar más con ellos y menos en la oficina. Saludos y gracias por seguirnos!

Comments are closed.