El Mariscal Erwin Rommel decía que “un comandante puede lo que sabe”. En este sentido, lo que sepa ese comandante será consecuencia de dos cosas: la experiencia y el conocimiento adquirido a través del estudio. Respecto a la experiencia, no cabe duda que la mejor forma de aprender es haciendo, por tanto, el valor del entrenamiento y las operaciones reales es innegable. Sin embargo, la experiencia demanda un mayor costo, no solo en recursos económicos en entrenamiento o en combate, si no también en vida humanas, ya que, en una operación militar, un soldado puede aprender mucho, pero eso implica que varias de las personas que participen de esta operación no volverán para contar lo que aprendieron. La otra forma de aprender es a través del estudio, la cual es más económica, ya que implica aprender de la experiencia de otros. El conocimiento no reemplaza a la experiencia, pero la complementa de manera importante, siendo una de sus actividades más relevantes “la lectura”.

Por esta razón, a continuación, se exponen diez razones que resaltan el por qué es beneficioso que el militar lea y acreciente su conocimiento en el área de las ciencias militares:

1. La lectura incrementa el conocimiento individual, lo cual mejora la capacidad de comprensión del entorno y de pensar.
2. El conocimiento obtenido a través de la lectura mejora la capacidad de construir argumentos para defender las propias ideas en el debate profesional diario que se realiza en las unidades y en los cuarteles generales como parte del proceso de planificación.
3. La lectura mejora la toma de decisiones. El soldado y particularmente los comandantes actúan de manera autónoma siguiendo la intención de su escalón superior. En esta situación, el militar no tiene a quién acudir para preguntar ¿qué hacer? Por tanto, el militar debe confiar en el conocimiento que ha aquilatado a lo largo de su carrera, siendo la lectura una de las formas más relevantes de adquirirlo.
4. La lectura incentiva el razonamiento crítico y el pensamiento creativo, necesarios para la definición y solución de problemas en el marco del cumplimiento de la misión. En tal sentido, el desarrollo de la imaginación que fomenta la lectura, permite que la persona mejore estas habilidades de razonamiento.
5. La lectura entrega soluciones plausibles a los problemas que a diario enfrentamos en el quehacer militar. En la lectura es posible encontrar inquietudes y soluciones a las dificultades que se nos presentan en el entrenamiento o en las operaciones, ya que normalmente cualquier situación que vivamos, alguien ya la experimentó antes en el pasado y la escribió en un libro, un ensayo e incluso en un post de ArmaMente.
6. La lectura incrementa la capacidad de análisis del militar, al proveer casos de estudio para ser analizados a través de los métodos de toma de decisiones que emplea el ejército. Esto mejora el rendimiento del soldado en el cumplimiento de la misión al tener modelos estudiados anteriormente, que pueden ser aplicados a situaciones actuales. El conocimiento adquirido a través de la lectura, cuando es mecanizado, actúa de manera instintiva en las situaciones de estrés que a diario vive el militar.
7. La lectura mejora las habilidades individuales para trabajar en equipo. A través de la lectura, se logra mejorar la capacidad de comprensión del entorno y de las personas que interactúan en él, lo que acrecienta la empatía y el entendimiento de los problemas que afectan a los integrantes de la unidad, mejorando los niveles de cohesión del equipo.
8. La lectura fortalece el liderazgo del militar, debido a que quien lee tiene más herramientas para cumplir su tarea al interior de la unidad, ya que cuenta con más conocimiento para influir en el equipo y así, enfrentar cada situación que experimenta en el desempeño de su función profesional.
9. La lectura mejora nuestras habilidades comunicacionales lo que fortalece la capacidad de impartir órdenes, transmitir informes de reconocimiento, redactar documentos, emitir mensajes y fortalecer los lazos con los integrantes de la unidad, entre otros.
10. Finalmente, la lectura refuerza el arma más poderosa del soldado: “su cerebro”, del cual fluyen las decisiones que adopta o las ideas con las que asesora.

A pesar de lo importante que es la lectura para el soldado, si lo aprendido en los libros o publicaciones militares no se lleva a la práctica, el acto de leer no tiene mayor valor. El desarrollo del conocimiento individual debe ir de la mano de la práctica. Ningún buen relato, puede reemplazar lo que la persona aprende a través de la experiencia. Sin embargo, la experiencia es incompleta si no es complementada con el incremento de conocimiento a través de la lectura, ya que la experiencia y el conocimiento representan finalmente dos caras de una misma moneda, que permanentemente deben coexistir en la formación de un militar.  Debido a esto y a las diez razones enunciadas en esta columna, el militar debe desarrollar el hábito de la lectura, lo cual es una forma económica de prepararse en mejor forma para asegurar el éxito en el cumplimiento de su misión.

Cristian Lauriani

Aficionado a las áreas de seguridad internacional, defensa, toma de decisiones y pensamiento crítico.