Cómo escribir un ensayo (parte II)

¡Hola de nuevo! Supongo que la estructura de tu futuro artículo para ArmaMente está lista; Si no es así, entonces has click aquí. Ahora bien, indistintamente si la estructura está lista o no, debemos considerar algunos elementos antes de sentarnos a escribir. En las próximas líneas, describiré primero cómo conectar lógica y coherentemente las partes del ensayo (introducción, desarrollo y conclusiones), para luego detallar cómo se estructura un párrafo. Estos dos elementos, serán la señal para pasar al asalto intelectual de las ideas que tienes y reflejarlas en un texto que, publicado en ArmaMente, podrá llegar a muchas más personas de las que imaginas.
Lo primero que debemos entender es que la lógica general del texto está dada por la conexión entre la introducción, el desarrollo y las conclusiones. La idea es que el mensaje que se quiere dar, fluya cómodamente a ojos del lector, evitando que este se tenga que devolver a revisar alguna parte o, peor aún, que se desincentive de seguir leyendo. En esta parte te explicaré cómo lograr esa fluidez enfocándonos en las tres partes principales del texto.
La primera de ellas es la introducción y es la etapa clave para generar el interés necesario para que lean tu artículo. Aquí, debemos ser capaces primero de captar la atención del lector; para ello el título y las dos primeras líneas de tu ensayo son fundamentales. Luego, se debe plantear un problema o una necesidad y desde ahí, decir claramente de qué vamos a hablar. Posteriormente, necesitamos contar cómo está organizado nuestro artículo y por supuesto debemos indicar nuestra tesis o respuesta al problema. Fíjate ahora, cómo está escrita la introducción o primer párrafo de este posteo y compáralo con los pasos que acabamos de indicar.

Terminada la introducción (la que a veces es recomendable escribir al final) es necesario escribir el desarrollo. En esta etapa se detallan las partes de tu idea general a las que también le podemos llamar argumentos. También es necesario separar bien las partes o los argumentos, para lo cual, la división natural que dan los párrafos son la mejor alternativa. Si te fijas bien, en el caso de este posteo el segundo párrafo es donde comienza el desarrollo y donde indico cómo escribir la introducción. El tercer párrafo (este) estoy hablando del desarrollo y el siguiente está dirigido a la conclusión. Los párrafos posteriores describen cómo armar un párrafo. En resumen, el desarrollo especifica los distintos elementos que le dan forma a tu idea central, tratando de llevar un orden lógico del tema.

Por su parte, la conclusión no es otra cosa que la unión de las partes o argumentos del ensayo y que juntos conforman tu idea o respuesta al problema. A esta unión también se le llama síntesis y establece la misma tesis que pusimos en la introducción, pero esta vez, de manera categórica producto de la exposición de los argumentos. En esta parte no debes incluir información nueva aún cuando parezca muy importante; si es así, probablemente hay que revisar la estructura general. En resumen, la conclusión es simplemente un repaso y unión de los puntos que sostienen tu idea y que la presentan como una respuesta al problema válida y confiable.

Pasando a la segunda parte de este posteo, podemos indicar que al igual que la estructura de tu ensayo, las partes de un párrafo siguen un orden específico. Esto le permite al lector identificar de que se trata, cuál la explicación y la evidencia que apoya lo que expone el autor (tu) y finalmente, cómo esta parte o argumento calza en el contexto general del texto. Para algunos autores, la estructura de un párrafo tiene tres partes que coinciden con lo recién señalado: la apertura, el esclarecimiento y el desenlace.[1] De esta forma, podremos organizar nuestro argumento o parte de nuestra idea, de manera lógica y coherente, logrando un mejor entendimiento de nuestro mensaje.

La apertura da inicio a la idea y por lo tanto al párrafo. Esta parte también es llamada frase inicial o frase tópico. Independientemente del nombre, la apertura es simplemente una oración, finalizada por un punto seguido, que indica de qué se trata el párrafo. A modo de ejemplo, revisa las aperturas de cada párrafo de este posteo y verás cómo funciona. Es importante que las frases iniciales no sean largas y que estén unidas al párrafo anterior a través de una o varias palabras llamadas conectores. De cierta forma, la apertura funciona igual que a introducción.

Luego, el esclarecimiento es la explicación de la apertura o frase inicial. En esta parte es donde debemos entregar los detalles y la evidencia (en la “parte I” detallamos esto) que apoya nuestro argumento para darle el peso o la consistencia a nuestra idea. Del mismo modo debemos indicar de qué forma esta explicación será usada para los fines de nuestro ensayo. Así nuestra frase de apertura no será una idea injustificada e irá dándole seriedad a nuestro ensayo.

Finalmente, el desenlace cierra la idea o argumento y le da un significado mayor a la idea. Este cierre está marcado por el punto aparte mientras que el significado mayor se obtiene mediante la capacidad del autor para entregarle al argumento alcances superiores a los establecidos inicialmente por la apertura. De este modo, se utiliza el argumento y su evidencia para intentar que el lector se convenza de que lo que se dice es cierto.

Para concluir podemos decir que estás listo para sentarte nos a escribir tu futuro posteo en ArmaMente. Tu trabajo considerará una introducción, un desarrollo y una conclusión los que conectados entre si, conformarán la estructura general de tu ensayo. Así mismo, ya sabemos que un párrafo se organiza a base de una apertura con frase inicial, una explicación que incluye la evidencia y un desenlace, elementos que junto a ArmaMente llevarán tu idea a nuevos horizontes.

[1] Tatiana Sorókina, “El párrafo: las estructuras discursivas”, Hesperia. Anuario de filología hispánica, XI-I (2008): 109-112