Volátil, incierto, complejo, ambiguo…

Hace menos de un año, en el marco del seminario de mando para los alumnos que estaban prontos a egresar de la Escuela Militar, tuve la oportunidad de dar una breve charla para aconsejarlos en su futuro rol, desde la perspectiva personal y de mi humilde experiencia.

En esta oportunidad y a modo de introducción, empecé conversando con los subalfereces entorno a la pregunta: ¿Cómo es nuestro ambiente?; mi intención era analizar múltiples variables del mundo en que vivimos y del contexto de las operaciones militares contemporáneas, y deductivamente, introducirlos al acrónimo VUCA[1] con el cuál el Army War College de EEUU, definió el volátil, incierto, complejo y ambiguo mundo en que nos encontramos desde el término de la guerra fría.

En este contexto, no fue difícil clasificar cada ejemplo que dieron los alumnos en alguna de las variables de este acrónimo. Para ello, utilicé el cuadro que se ve a continuación, el que además de definir cada concepto, permite depurar el análisis en función de la incidencia de dos preguntas claves: ¿Qué tan bien es posible predecir el resultado de tus acciones? y ¿Cuánto sabes de la situación en que te encuentras?.

Con estas preguntas, es fácil establecer que muchas de las situaciones difíciles que enfrentamos se pueden clasificar en el ambiente VUCA, confirmando que la posibilidad que este ambiente llegó para quedarse y que la estabilidad de la que gozaban nuestros abuelos es cosa del pasado, por lo tanto, es aquí donde radica la importancia de comprender estos conceptos:

  1. Complejo: Es entendido como los problemas donde la cantidad de variables que inciden son tantas que no es posible controlarlas por el ser humano y cualquier modificación a estas terminará en un resultado inesperado, generándose un ambiente de caos.
  2. Ambiguo: Disgregación de los conceptos tradicionales que genera poca definición de todo tipo de temas, lo que provoca más confusión y gran dificultad para la toma de decisiones.
  3. Volátil: Asociado a la gran velocidad en el cambio del mundo y los acontecimientos que enfrentamos, a un ritmo que sobrepasa nuestra capacidad de comprensión del ambiente.
  4. Incierto: Al existir poca claridad con lo que sucede, el pasado y el presente sirven de poco para predecir el futuro, en consecuencia los horizontes de planificación son mucho más cortos y la planificación detallada pasa a tener menos utilidad.

En este orden de ideas, Nassim Taleb en “El Cisne Negro”, plantea toda una teoría sobre las consecuencias catastróficas cuando se generan eventos que se consideraban altamente improbables y no se habían previsto. Argumenta cómo y porqué el ser humano todavía cree tener la capacidad de comprender y predecir el futuro, fallando constantemente por una simple razón “no sabemos lo que no sabemos” y actuamos como si fuésemos capaces de predecir hechos y cambiar el curso de la historia operando bajo una ilusión de control.

Para explicar a Taleb, la frase expresada en una conferencia de prensa el año 2002 por el ex Secretario de Defensa de EEUU Donald Rummsfeld es clarificadora: “hay cosas que sabemos, hay cosas que no sabemos y hay cosas que no sabemos que no sabemos”.

Esta visión justifica porqué no hemos sido capaces de predecir la ocurrencia de los grandes desastres que nos han afectado, siendo incapaces de predecir eventos futuros. Si a lo anterior le añadimos que vivimos en un ambiente VUCA y que como seres humanos estamos afectados por sesgos, prejuicios, falacias cognitivas, distorsiones de percepción, heurísticas y un sin número de variables, esta postura, al menos, cobra cierta validez.

De todo lo anterior es válido preguntarse ¿Para qué sirve entender esto? Los cisnes negros y el mundo VUCA son más que un simple concepto inventado para explicar el cambio, se convierten en las variables que nos ayudarán en lo personal a preparar y anticipar nuestro estilo de liderazgo y toma de decisiones para enfrentar los desafíos del futuro; En el ámbito institucional son el marco de referencia para innovar y buscar soluciones creativas a los nuevos desafíos.

Ahora bien, ¿Qué hacer al enfrentar estos escenarios?

  1. Ante la complejidad: Hay que ser directo, en especial cuando se entregue o reciba información, esta debe ser transparente y auténtica para crear una mutua credibilidad que fomentará la colaboración.
  2. Frente a la ambigüedad: Se debe ser claro y comprensible en la asignación de tareas y trasmisión de órdenes, especialmente en la intención con sus tareas, propósito, estado final deseado y las relaciones de mando que se determinen.
  3. En la volatilidad: Es fundamental ser resolutivo, tomar decisiones imperfectas o incompletas a tiempo será más importante, que dilatar la decisión para recibir información completa cuando ya esté obsoleta. Las decisiones de ejecución permitirán ir corrigiendo lo resuelto durante la conducción.
  4. Ante la incertidumbre: Transmitir tranquilidad y confiabilidad. Lo que se logra formando una cultura de credibilidad, manteniendo una comprensión actualizada del ambiente, invirtiendo tiempo y recursos en nuestro personal, manteniendo el compromiso y espíritu de cuerpo de las pequeñas unidades y los más importante siempre actuar con respeto.

En consecuencia y no siendo nada nuevo (ya que son parte del modelo de liderazgo del Ejército), las competencias y habilidades que se deben potenciar individualmente para prosperar en un mundo VUCA, son entre otras las siguientes: Desarrollar una mentalidad adaptativa, tener una visión de futuro, liderar desarrollando nuevos líderes, nunca dejar de aprender, generar redes colaborativas, constantemente clarificar y comunicar ideas, mantenerse consciente de uno mismo y del entorno.

En síntesis, el análisis de las variables VUCA permite optimizar la capacidad de las organizaciones para anticipar problemas que modifican las condiciones actuales, entender las consecuencias de problemas y acciones, visualizar la interdependencia de las variables, prepararse para desafíos y realidades alternativas y de esta forma aprovechar oportunidades.

[1] Volatility, uncertainty, complexity and ambiguity