“¡Te quitarás el casco y me dirás tu nombre! Mi nombre es Máximo 10º Meridio, Comandante de los ejércitos del norte, general de las legiones Félix. Leal, sirviente del único emperador Marco Aurelio, padre de un hijo asesinado, esposo de una mujer asesinada y alcanzaré mi venganza en esta vida o en la próxima.”
Russell Crowe en Gladiador.
Este diálogo de la película Gladiador de Ridley Scott, es uno de los más conocidos y emocionantes en la historia del cine, al punto que ganó el Oscar a mejor película y al mejor actor (ojo que se viene la segunda parte…). Más allá del drama de la película, que representa la eterna lucha del bien y el mal, una de las múltiples enseñanzas es cómo situaciones de la vida nos pueden llevar de un minuto a otro, de ser comandante de los Ejércitos del Norte a ser un simple gladiador; analogía que sin duda es aplicable a muchos aspectos de la vida, en particular a la vida militar.
En la vida real, a diferencia del mundo “color de rosa” o del mundo de “Bilz y Pap”, enfrentamos situaciones inesperadas que lo cambian todo; situaciones como las que Nassim Taleb explica como “cisne negro” en sistemas sociales, o la “niebla de la guerra” descrita por Clausewitz. Cuando estas situaciones ocurren, con efectos devastadores que no podemos alterar, no vale la pena el cuestionamiento si es justo o injusto, las cosas pasan, aún con las mejores planificaciones y rápidamente hay que adaptarse y continuar, particularmente si eres comandante. Tienes que elegir: seguir adelante o dejarte vencer por las circunstancias, buscar una oportunidad para ser mejor o dar por perdida la batalla.
Sin duda es muy fácil escribirlo, comentarlo y pensarlo. Vivirlo es otra cosa, nos sentiremos víctimas de las circunstancias y costará dar vuelta la página. El duelo por lo que dejamos atrás (sea lo que sea) siempre es más complicado de lo previsto, más aún cuando después de unas semanas las expresiones de apoyo y consejos terminan y te ves enfrentado, solo, a tu nueva realidad. Es aquí donde los años de formación militar cobran vida, todos los años de aprendizaje y fortalecimiento del carácter hay que volcarlos al nuevo escenario. Como dijo el general retirado del USMC James Mattis “me he preparado por 30 años, para una decisión de 30 segundos”. He aquí algunos consejos que seguro ya conoces:
- Resiliencia: ¿A cuántas situaciones difíciles has tenido que sobreponerte en el Ejército? La institución te ha entrenado por años en esta habilidad. No solo te ayuda a enfrentar desafíos físicos, cognitivos o tácticos en el entrenamiento y operaciones militares, sino que también te forjó el carácter (y emociones) para manejar crisis personales. Este es el momento de utilizar tu entrenamiento.
- Adaptación: ¿Cuántos cambios de ciudad, de desempeño y de equipo de trabajo has tenido? Como soldado llevas años adaptándote a distintas situaciones y escenarios del servicio. Te has formado para tomar decisiones rápidas y efectivas bajo presión y estas habilidades las tienes que transferir y ajustar a los cambios que vives. Sé flexible y paciente, empezar de cero implica entrar en un territorio nuevo y tu mente necesita un periodo de adaptación, renunciar a ideas preconcebidas y estar abierto a rectificar y a integrar nuevas.
- Cierra bien la etapa anterior. ¿Cuántas veces iniciaste un capítulo nuevo en tu vida? Esto ya lo has vivido y a pesar de que cada comienzo es único, es importante que el “certificado de deudas” este en cero. Asimismo, vive la transición con plena conciencia del proceso, al principio sentirás la incertidumbre (para lo que también estás entrenado), las antiguas costumbres desaparecerán, los horarios, rutinas, personas, etc. Ya no existirán y te sentirás desubicado y perdido. Apúrate en aprender las nuevas reglas y asume que serás presa de altibajos. Inicialmente vivirás en una especie de “limbo” con escenarios excesivamente optimistas o, por el contrario, verás solamente dificultades y riesgos acechando a la vuelta de la esquina.
- Planifica y define tu rumbo. ¿Cuántas veces has planificado una operación militar, un período de instrucción o una actividad administrativa? Definir un objetivo, te ayudará a centrarte cuando te desorientes. Será el faro que ilumine en la oscuridad, no olvides que empezando de cero descubrirás más sobre ti mismo, de ir más allá de lo que creías que eran tus límites y de ampliar tus horizontes. No te cierres a modificar o cambiar de objetivo en la medida que avances, aunque no tengas más que unas cuantas convicciones de por dónde ir; te ayudarán a progresar. Puedes empezar por los objetivos más fáciles para ganar confianza, defínelos en positivo y ponles un plazo para cumplirlos. La cuestión es imaginar un destino, aunque después el camino te lleve a otro, porque siempre debes estar abierto a improvisar.
- Sitúate en el aquí y el ahora. Otra medida efectiva en momentos inciertos es regresar al aquí y el ahora preguntándote: ¿Qué puedo hacer en este instante para estar mejor?… Salir a trotar, salir con un amigo, tomar un baño. Cuando te enfrentes a tu demonio, deja de sobre pensar y reaccionar, empieza por encontrar tu centro. Después enfócate en las preguntas: ¿Qué recursos pueden ayudarte? ¿Qué necesitas para afrontar ese futuro difícil? ¿Cuál es el paso que debes dar a continuación? Cada viaje del héroe requiere coraje y fiereza.
Nuevamente, es muy fácil decirlo, pero muy difícil vivirlo. Pero no olvides que esta es la esencia del militar: enfrentar los desafíos más difíciles con una sonrisa en la cara. Si fuiste un buen soldado no hay desafíos imposibles, porque una vez soldado se es siempre soldado. Por lo tanto, si estás en esta situación… así como estuvo Máximo 10º Meridio… sácate el casco, grita a todo pulmón tu nombre con orgullo y enfrenta decidido la siguiente batalla, como un Gladiador.
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Me encantó . Para muchos civiles es muy difícil comprender el mundo militar por eso publicaciones como esta son extraordinariamente significativas. Hay tanto que aprender del mundo militar , la lealtad y el amor por lo que se hace son algunas y eso vaya que hace falta en muchos civiles .
Muy bueno!!
Otra cosa es con guitarra me decía un viejo comandante. En mi experiencia personal, la resiliencia y la capacidad de adaptación a un nuevo escenario es clave al momento de cambiar de rumbo por una situación de alto impacto y que derivó en la salida del Ejército. Se puede. Es profundamente doloroso, pero se puede.
Que gran artículo… que cierto eso de la necesidad de enfrentar los periodos de adaptación, sacarse el casco y gritar fuerte tu nombre en todos los escenarios de cambio de la vida, planificados o inesperados. El tener las ganas y la voluntad de reinventarse rapidamente es crucial ya que si o si hay que hacerlo.
Felicidades al equipo de Armamente.