Estoy cansado jefe…

¿Alguna vez has sentido que el trabajo te consume, te agota y te deja sin energía para nada más? No estás solo. Ese sentimiento de estar quemado, conocido como burnout o desgaste laboral, es algo que muchos de nosotros experimentamos en algún momento de nuestra vida profesional. Pero ¿qué es exactamente el burnout y por qué se está convirtiendo en un problema?

El síndrome de Burnout fue declarado en el año 2000 por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como un factor de riesgo laboral por su capacidad para afectar la calidad de vida, salud mental e incluso hasta poner en riesgo la vida . Este síndrome es definido como “el resultado de un estrés crónico en el lugar de trabajo que no se ha gestionado con éxito” . Creo que para todos esto nos suena a algo conocido, que hemos visto o vivido, pero que no se toca muy a menudo en las conversaciones profesionales.

Entonces, ¿por qué es importante hablar del burnout? Porque no se trata solo de estar cansado después de una larga jornada laboral. El burnout puede llevar a problemas de salud mental y física graves, como depresión (ver articulo ¿Hablemos?), ansiedad, insomnio, e incluso enfermedades cardiovasculares. Además, afecta la productividad, el ambiente laboral y las relaciones personales de quienes lo sufren.

En el mundo militar no solo afecta a los individuos, sino que también puede tener un impacto negativo en la moral y la cohesión del equipo, comprometiendo la efectividad operativa y el bienestar general de la unidad. La disciplina y la cadena de mando son pilares fundamentales en el ámbito militar, pero también pueden ser fuentes significativas de estrés tanto para los líderes como para los subordinados.

Por otro lado, para nadie es un secreto que las necesidades de recursos humanos sobrepasan la capacidad para cubrirlas producto de múltiples factores, lo que no implica que las misiones no se tengan que cumplir. Al contrario, se genera un desdoblamiento de funciones que muchas veces terminan en un desgaste laboral, que cuando no es gestionado, termina en licencias médicas o, en el peor de los casos, en retiros anticipados creando más tareas para menos personal, entrando en un ciclo interminable de “burnout”.

Los comandantes de todos los niveles deben tratar de identificar los síntomas, intentando gestionar y retener al recurso mas importante de la Institución. Es necesario considerar que la vocación es el resultado de diversos factores los cuales varían entre las personas, por lo que apelar a ella para solucionar las dificultades que se presenten puede considerarse un error que podría costar la pérdida de funcionarios valiosos.

También es importante que los líderes, además de identificar el desgaste laboral de su personal, se enfoquen en el propio. Esto, ya que a menudo deben tomar decisiones críticas bajo presión y pueden experimentar un nivel significativo de estrés y agotamiento debido a la responsabilidad constante y la necesidad de mantener altos estándares de desempeño, amplificando este estrés con las expectativas de un rendimiento impecable, lo que puede llevar a sentimientos de impotencia y frustración, que definitivamente afectará al resto de su unidad.
¿Cómo podemos identificar los síntomas del burnout? La OMS indica que el desgaste laboral se caracteriza por tres dimensiones:

1. Sentimientos de agotamiento o falta de energía: el agotamiento se puede presentar tanto como una fatiga, cambios notorios de estado de ánimo, sentimientos de incompetencia o dudar de sus habilidades, así como malestares físicos, tales como dolores de cabeza, malestar estomacal, entre otros.

2. Mayor distancia mental con respecto al trabajo, sentimientos de negativismo o cinismo relacionados con el trabajo: los comentarios negativos (que hasta pueden ser considerados una falta a la disciplina), la pérdida de interés en las actividades laborales y la falta de motivación para participar en actividades de la unidad.

3. Eficacia profesional reducida: dificultades para concentrarse en sus tareas, falta de cumplimiento de plazos o cometer errores que normalmente no haría.

En definitiva, el burnout es un nuevo desafío que deben asumir los comandantes y jefes. Este es un problema serio que afecta la salud y la productividad de los individuos y equipos. Una forma de evitar el burnout es teniendo un ambiente laboral agradable, lo que se puede lograr promoviendo la comunicación, ofreciendo reconocimiento, fomentar el trabajo en equipo, etc. Además, se deben evitar conductas como restringir a un subordinado las posibilidades de hablar o juzgar el desempeño de un integrante de la unidad de forma ofensiva, entre otras.

Finalmente, quiero destacar que cuando sentimos que estamos en un burnout, saber que la responsabilidad de tomar medidas al respecto no solo recae en los comandantes, sino que principalmente en uno mismo, debiendo tener la fortaleza de realizar las acciones necesarias para estar mejor.