Chile es uno de los países con los índices de confianza más bajos de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE)[1] y es iluso pensar que este bajo nivel no pudiera verse reflejado en sus instituciones armadas, pues se nutren de la sociedad para completar sus filas. Si se suma que las nuevas tendencias tecnológicas podrían afectar la confianza entre comandantes y subordinados[2], al tener los primeros la posibilidad de efectuar un mayor control sobre los segundos de manera inmediata, y que además, poseemos una cultura militar que da relevancia a la fiscalización y control sobre los menos antiguos, en consecuencia podemos señalar que en general, el desconfiar es y será parte del quehacer militar.
A menudo, podemos escuchar en los cuarteles “En la confianza está el peligro”, sin embargo, este artículo nos invita a cuestionar esta idea y reflexionar que en realidad, la confianza es fundamental y necesaria para la aplicación del mando tipo misión, para el desarrollo del liderazgo de los comandantes y de las potencialidades de nuestros subordinados.
Un número considerable de los ejércitos occidentales[3] establecen el ejercicio del mando tipo misión como un modelo a seguir. En particular, el Ejército de Chile entiende que esta idea se basa en una confianza mutua, un entendimiento compartido y un propósito[4]. Además, uno de sus principios es la construcción de equipos cohesionados a través de la confianza mutua entre comandantes y subordinados. El confiar la vida al camarada, el estar cierto de que no abandonará al equipo en los momentos más exigentes del combate, son efectos que se forjan en la vida de cuartel. Si no somos capaces de confiar durante la ejecución de actividades cotidianas, difícilmente lo haremos cuando la seguridad nacional esté en juego. Si no somos capaces de confiar en la paz, no podemos pretender confiar en la guerra. Por lo tanto, la confianza mutua es un aspecto que se construye en el cuartel y se aplica en el combate mediante el ejercicio del mando tipo misión.
Se suma a lo anterior que, las características de la profesión militar derivadas del proceso de destinaciones, ascensos y cambios de desempeño hacen que los tiempos que se disponen para generar lazos dentro de los equipos de trabajo sean restringidos. Es por ello, por lo que el punto de partida para la generación de confianza es confiar en los integrantes del equipo de manera inmediata en vez de esperar que cada uno se gane la confianza. Esto se debe hacer creyendo en los subordinados en vez de someterlos a pruebas para decidir si confiar en ellos o no. Al dar confianza mejora el clima de trabajo, lo que tiene efecto un multidireccional. El comandante se verá beneficiado pues sus integrantes apoyarán su acción, colaborarán con éste en las resoluciones que tome y, lo más importante, serán capaces de decirle de manera honesta qué elementos de su gestión de mando debe mejorar. Por lo tanto, al confiar en su gente el líder crece.
Así también como el líder crece al confiar, la confianza genera un desarrollo sustancial de los subordinados cuando confían en ellos. El confiar en las competencias de nuestros subordinados es una premisa básica por mantener. Se debe confiar en su área de expertiz y evitar imponer nuestra forma de hacer las cosas (a menos que se ponga en riesgo la misión o al personal). Un ejemplo de eso se ve en los saltos de aeronaves donde paracaidistas de distintos grados confían en el jefe de saltos incluso si este último es de menor graduación jerárquica. Esto no es exclusivo de este tipo de tropas, es más, debiese verse reflejado en todo ámbito militar. Podemos agregar que, confiando a los subordinados tareas de relevancia, estos pueden desarrollar sus potencialidades y crecer tanto en conocimientos, como en experiencia. También, se sentirán seguros y respetados por sus comandantes comprometiéndose aún más con la misión encomendada.
En conclusión, los comandantes de todos los niveles están llamados a confiar en sus subalternos, pues al no tener la confianza como pilar angular en su gestión de mando, pone en riesgo la aplicación del mando tipo misión, su propio liderazgo y el desarrollo de sus subordinados. Por lo tanto, podríamos decir que “en la confianza no está el peligro¨.
Notas al pie de página
[1] Universidad Católica, Confianza, la clave para el desarrollo de Chile. Marzo 2015 Centro de Políticas Públicas
[2] Centro de Liderazgo del Ejército, Guía de Atributos y Competencias de Liderazgo Julio 2017.
[3] España, Estados Unidos, Reino Unido, Chile por nombrar algunos.
[4] Ejército de Chile, División Doctrina, Mando tipo misión conceptualización y principios. 2014
Aspirante a bloguero, que cree fehacientemente que en la discusión está la luz…