En noviembre pasado, fui invitado a la ceremonia de inicio de la instalación del cable de fibra óptica submarina Arica – Puerto Montt, proyecto de una empresa chilena de Telecomunicaciones y Servicios TIC.

Durante esta actividad, donde lamentablemente mucha gente se resto de asistir, no pude dejar de pensar en lo potente del mensaje que esta empresa nacional intentaba transmitir: “El sueño de conectar a todos los Chilenos”, ¡Qué sueño más grande!.

Desde el punto de vista tecnológico, el proyecto tendrá una enorme repercusión estratégica para el país, conectará a todos los Chilenos de norte a sur con una capacidad que hasta ahora solo podíamos soñar. Pero en el confort de la agradable cena, no dejaba de pensar en la otra conexión que le faltaba a los Chilenos, ¿Qué tendremos que hacer para reconectarnos? La respuesta estaba en la misma mesa, con el grupo de personas magníficas con las que pude compartir. Nuevamente confirmé que la respuesta es emocional.

John Maxwell en “Las 21 leyes irrefutables del Liderazgo”, habla sobre la Ley de la Conexión, formula que toda conexión entre personas se realiza a nivel emocional y que un líder adquiere credibilidad cuando se conecta con los individuos mostrándoles un genuino interés en ayudarlos. Lo ejemplifica en excelente forma con una cita del general Norman Schwarzkopf: “Hay líderes competentes que al pararse frente a un pelotón, todo lo que ven es un pelotón. Pero los grandes líderes se paran frente a un pelotón y ven cuarenta y cuatro individuos, cada uno de los cuales tiene aspiraciones, quiere vivir y hacer el bien”.

Por su parte Simon Sinek en su charla TED “Como los grandes líderes inspiran a la acción” y en su libro “Start with Why”, expone magistralmente como los líderes deben inspirar a sus seguidores y lograr una conexión emocional con ellos entregándoles un propósito. Es decir, no hay que decirles que hacer ni como hacer las cosas, sino, decirles para qué hacerlo, lo que se basa estableciendo lazos de confianza a nivel emocional.

De la misma forma, hace más de 2.300 años, Aristóteles planteó en su obra “Retórica” un modelo de persuasión a base de tres tipos de argumentos: ethos, de orden moral apelando a la honestidad y credibilidad del orador; logos, basados en el conocimiento y argumentos lógicos basados en evidencias; y pathos, de origen afectivo y con una connotación directamente emocional. En ese sentido, considera fundamental mantener la credibilidad frente a la audiencia (ethos), para transmitir argumentos lógicos (logos), que solo generarán un cambio si son acompañados de una conexión emocional (pathos).

Estos tres argumentos, no hacen otra cosa que fundamentar la importancia de la conexión emocional en medio de un ambiente VUCA donde se requiere ser valiente, resiliente y antifrágil para sobrellevar el caos. De ahí la pregunta crucial… ¿Qué debemos hacer para lograr esta conexión? He aquí algunos consejos:

1. Cree en ti mismo, conoce tus fortalezas y debilidades.
2. Potencia tus fortalezas y trabaja genuinamente tus debilidades para ser mejor persona.
3. Da el ejemplo y se consecuente con lo que se predicas.
4. Comunícate con sinceridad, autenticidad y honestidad.
5. Cree en tus subordinados.
6. Entrega propósito y esperanza.

Estos consejos, que no son nuevos, y que los autores mencionados repiten hasta en cansancio, tienen un denominador común. La conexión con los demás se inicia con un cambio y una genuina conexión con uno mismo. El trabajo más importante es a nivel personal, ganando la lucha interna y habiendo crecido en lo personal es posible ser independiente y generar cambios a nivel interpersonal y de ahí, conectarse a nivel organizacional. Solo así se logrará la conexión emocional común que permitirá unir a todos los Chilenos.

Sinceramente, espero que el sueño de la empresa de Telecomunicaciones pronto se haga realidad, como así mismo, el sueño de Maxell, Sinek, Aristoteles y la gran mayoría de los Chilenos.

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