12/04/2025

“APRETARSE”: Un concepto de vida, un compromiso con uno mismo, y con los demás…

 

Parto estas líneas confesando lo que solo a algunos pocos les he comentado, y también, para que los que quieran, puedan ser “su mejor versión” …mi profesión es ser arquitecto, pero mi vocación es ser militar…

Así como los japoneses tienen varios conceptos de vida, uno que me llamó profundamente la atención, es el IKIGAI, que haciendo un resumen lo más básico posible, se trata de encontrar cuál es tu propósito en tu vida.

Por varios motivos, y realmente muy agradecido de poder vivirlos, me ha tocado relacionarme últimamente con muchos cadetes de la Gloriosa Escuela Militar, y dentro de todos los conceptos que he aprendido del lenguaje de la Escuela, que es realmente otra RAE, hubo una expresión que me llamó muchísimo la atención…lo decían cuando las cosas estaban difíciles, o cuando había temas donde tenían que adoptar una actitud de un verdadero guerrero:

“Apretarse”… y qué gran concepto de vida…

Ojalá lo hubiera aprendido y entendido antes, no solo como una reacción de un acto/reflejo a la dificultad, o como una forma de resistir sin sentido, y casi como una manera de sobrevivir a las adversidades, sino como un principio profundo y poderoso que define el cómo elegimos vivir.

Durante muchos años creí que esforzarme era suficiente, que con trabajar duro, cumplir, y empujar lo que me correspondía, ya estaba haciendo mi parte.

Y sí, bajo esos pensamientos siento que lo he dado todo (o casi todo), desde donde supe o desde donde pude. Pero en este tiempo y profundizando en este gran concepto, entendí que eso no lo es todo. Que había un nivel más allá, porque “apretarse” no es solo aguantar a secas. Apretarse es ir a más allá del todo. Es estar dispuesto a aguantar el sueño, el hambre, el cansancio, la incomodidad, las dudas, el miedo…la sobrecarga de trabajo, o en algunos casos la escasez…pero avanzando siempre y con convicción, hacia un objetivo auto impuesto y auto propuesto muy claro.

Apretarse es comprometerse radicalmente con las decisiones que tomaste contigo y con tus objetivos planteados. Es no ceder a los pequeños caprichos que nos dicen: “ya hiciste suficiente”. Es no regalarse un descanso cuando lo que toca es dar un paso más, es no permitirse quedarse en el lugar seguro cuando ya sabes que no es ahí donde vas a crecer como persona ni donde deberías estar por los motivos que tú solo sabes cuales son.

Porque lo cómodo claro que seduce, y muchas veces gana, porque es lo más “fácil” dentro del común exigible, dentro del “cumplir”, y eso te acostumbra.

La comodidad se disfraza de estabilidad, de éxito y de equilibrio.  Pero debajo de ese disfraz de estancamiento, hay parálisis, y puede haber mucho tiempo perdido que no volverá jamás.

Y esa comodidad no genera decisiones, no moviliza, no crea, no transforma, y no cambia nada, ni a ti ni a lo que quieres incluso, tú mismo cambiar.

Nadie cómodo ha hecho cosas grandes o relevantes, nadie cómodo ha levantado algo con impacto o trascendencia. Los cómodos esperan, observan, se justifican y se distraen, y a veces engordan su auto complacencia, su comodidad e incluso a ellos mismos (dicho por experiencia propia). Y mientras tanto, la vida les pasa por el lado.

El Apretarse y todo lo que conlleva, no se trata solo de producir o hacer, sino que de realmente VIVIR. Porque en esa comodidad aparente, se te duerme el alma; y cuando te duermes, ya no hay sueños, ya no hay riesgo, ya no hay pasión, te “mueres en vida”, te aplanas… dejas de ser el TÚ, el verdadero TÚ…cosa que después, ya caídos los años, los muchos o pocos que sean, podrías verlo como una sensación de “perdida” …y lamentablemente puede ser ya muy tarde…

Por eso apretarse es una decisión diaria y una real filosofía de VIDA, tal como el IKIGAI japones.

El apretarse, es acostarse y levantarte sabiendo que vas a estar con una incomodidad a cuestas, pero que esa incomodidad te está llevando a donde realmente quieres estar. Es tener claro que esa zona de confort, por muy decorada que esté, no tiene un futuro para TI.

Y solo quien se anima a estar apretado, empieza a mover su vida, y a ser realmente quien quiere ser.

Pero esto va más allá de uno mismo. Porque cuando uno se aprieta realmente, algo empieza a cambiar también en los demás. Uno se transforma en un motor, en un catalizador, en alguien que incomoda al entorno, y que con el ejemplo VIVO, exige, empuja, y saca de la inercia a quienes te rodean.  Es un “dolor” contagioso-positivo.

Empiezas a ser alguien que no acepta excusas fáciles ni frases como “así son las cosas”, empiezas a preguntarte y a preguntar más allá del desde, o desde solo lo que te toca hacer, y empiezas a ser alguien que provoca y que de cierta manera incomoda…

Para algunos será un problema, pero creo que es una necesidad.

Estoy convencido que necesitamos a más gente que “moleste”, que desafíe con sentido, respeto y convicción, y que “obligue” a salir de esa flojera que termina matando al que se resignó.

Porque solo cuando nos apretamos, e incomodamos de verdad, empezamos a crear un ambiente distinto, positivo…y descubrimos el real potencial que tenemos, y que también tienen los demás, y ellos también lo hacen…y así sucesivamente…

Hoy, a mis 48 años, en lo único en que tengo una certeza total por lo que me ha tocado vivir, que gracias a Dios ha sido bastante, es que la vida es muy corta como para vivirla cómodo.

Si hay algo que te incomoda o no te gusta, si hay algo que te “aprieta” el pecho, que te genera ruido, que te frustra por dentro… por más que aparentemente “todo esté bien”… SAL DE AHI. No te acomodes. No te acostumbres. No te auto engañes.

Incomódate, incomoda, muévete y haz que se muevan con tu ejemplo, se honesto contigo, no te traiciones ni defraudes.

Y por eso, hoy, desde mi incomodidad, y humildemente, los invito a incomodarse y a incomodar. A volverse esas personas que hacen que las cosas pasen, a ser quienes quieren realmente ser, sin miedo, sin dudas, ni freno. Los invito a que no se sienten a mirar, que no se escondan en el “mañana veo”.

Los invito a ser personas que crean en ustedes, lo suficiente como para desafiar su propia comodidad… y así a la de los demás.

Porque sí, todos ustedes pueden, y por consecuencia deben, desde el APRETARSE, hacer “vivir” a los demás.

Esto va especialmente dirigido a todos quienes he conocido que viven “apretados”, pero fundamentalmente a los cadetes, grandes soldados, que se están formando y forjando, que como dije antes, he tenido la suerte de conocer y que espero pueda seguir conociendo…

Hago una mención especial a un grupo de cadetes que hablan de “seamos serios”…y que sé que se “aprietan” e incomodan, y los animo a seguir en su filosofía de vida y a “ser siempre mejores que ayer”.

Guillermo Tapia

Un luchador incansable, amante de mi país, un hombre de fé y de mucho sentido de la vida, un buscador de mejoras continuas, personales y hacia los demás.

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Un comentario en ““APRETARSE”: Un concepto de vida, un compromiso con uno mismo, y con los demás…

  1. Un muy buen artículo, el cual describe muy bien el concepto de “apretarse”. Solo falto de donde proviene esa expresión dentro del Ejército, la cual proviene de los paracaidista militares ya que al momento de aterrizar se adopta una posición específica en el aire para descomponer la caída y no lesionarse, se debe caer con el cuerpo completamente reunido (“apretado”) para evitar lesiones y que el cuerpo descomponga la vaina naturalmente ya que al momento de aterrizar, el partidista lleva su mochila con el equipo a emplear más el armamento el cual suma un peso significativo. Caer “apretado” o simplemente cuando estás en el aire te gritan apriétate es soportar el duro golpe de la caída y seguir con la misión.

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