Estoy seguro que como Comandantes en más de alguna oportunidad han vivido alguna de las siguientes situaciones: En vísperas de un fin de semana largo un clase decide comprar pasajes para visitar a su familia en otra guarnición; un soldado le confirma a su familia que el fin de semana va a participar en una actividad familiar porque no está de guardia; o que un subordinado entrena toda la temporada para una ardua competencia deportiva.
Ahora bien, al acercarse las fechas, se han visto envueltos en la niebla de la guerra de Clausewitz y todo termina de forma diferente. En el primer caso el vuelo se cancela por problemas del aeropuerto; en el segundo caso al soldado le avisan un día antes que está de guardia y finalmente el subordinado ve como otro competidor lo supera ampliamente en la competencia.
Sin duda alguna, y considerando que no son situaciones ajenas a lo que el lector se podría ver envuelto durante su vida, con una gran dosis de impotencia y quizás de frustración, cada uno de estos actores se encuentra ante una nueva disyuntiva: O dejarse caer en el espiral de frustración que supone “patear la perra” y reclamar contra el sistema (incluso quizás cayendo en la indisciplina) o entender la situación, asumir que muchas veces las circunstancias y resultados no están bajo nuestro control, aprender la lección y continuar cumpliendo nuestras responsabilidades de la mejor manera posible.
¿Qué relación podrían tener estas situaciones cotidianas con el desarrollo del liderazgo?. Creo que todas ellas podrían haber sido abordadas de mejor manera y se podrían haber obtenido importantes lecciones si los comandantes hubiesen aplicado los conceptos contenidos en una antigua escuela de filosofía: El Estoicismo.
Este artículo presenta una visión distinta de los conceptos doctrinarios respecto al liderazgo y ejercicio del mando, enfocándolos desde la perspectiva de la escuela filosófica del Estoicismo, para de esta forma, establecer un vínculo con el ethos militar y reforzar la idea de que la práctica de las virtudes, el control de nuestros pensamientos y la respuesta a los diferentes hechos del diario vivir, nos permiten ser mejores líderes.
La escuela estoica fue fundada en Atenas durante el período Helénico por Zenón de Citio, tuvo influencia directa de Sócrates y la escuela filosófica de los “Cínicos”. Posteriormente se trasladó a Roma donde tuvo su mayor auge con tres importantes autores: Seneca, Epicteto y el emperador Marco Aurelio. Tomando una de las principales ideas de Sócrates, los estoicos plantean un desarrollo humano basado en las virtudes, señalando que la misma práctica de estas virtudes es necesaria y suficiente para alcanzar la felicidad, que era entendida como el bien que buscan naturalmente los seres humanos, tal como se puede ver en esta cita de marco Aurelio:
“No discutas ya más en adelante lo que debe ser el hombre de bien, sino procura serlo realmente”
En la actualidad, el término “estoico” generalmente es utilizado con un tono crítico, para describir a alguien indiferente y que enfrenta situaciones de estrés y presión sin mostrar mayores reacciones, manteniendo permanentemente un control sobre sí mismo. Si bien estas ideas no son ajenas a la realidad, el verdadero alcance de esta escuela de filosofía es aún mayor. Los estoicos nos entregan consejos prácticos para el diario vivir, respecto a cómo enfrentar situaciones complejas y, principalmente, cómo aprender a controlar nuestras emociones y reacciones frente a distintos aspectos de la vida que escapan de nuestro control, lo que es absolutamente aplicable a nuestro quehacer militar. Este nuevo enfoque y sus herramientas permitirán a los comandantes enfrentar el ejercicio del mando de mejor forma.
En ese mismo orden de ideas, el modelo integral de liderazgo del Ejército (MILE) se basa en principios que pretenden guiar adecuadamente el actuar de los integrantes de la institución y en lo genérico se podrían traducir en las siguientes ideas:
- Liderar es servir.
- Liderar no es solo influir sobre los subordinados-seguidores; si no que es imprescindible que esta influencia esté centrada en valores y principios.
- Los líderes se forman.
- El ejemplo personal es la mejor forma para generar lazos de confianza y ser capaces de influir efectiva y positivamente en nuestras unidades.
- El principal atributo del líder militar radica en su solido carácter (moralidad, integridad, honor, virtudes y disciplina)
Estas ideas, constituyen los fundamentos y la base que sustentan el desarrollo del liderazgo militar, que han sido agrupados en los ámbitos del ser, saber y hacer. El ámbito del “Ser” tiene directa relación con la moralidad e integridad de los comandantes-líderes, estableciendo la capacidad que debe tener para distinguir lo correcto, buscando siempre actuar en consecuencia a ello.
Es en este punto donde surge el primer gran vínculo de nuestro Ethos con el Estoicismo, ya que como se mencionó anteriormente, el principal postulado de esta filosofía es cultivar a diario diferentes virtudes como la mejor forma de alcanzar la felicidad. Con eso en mente, se tomó una de las principales enseñanzas de Platón de una ética basada en cuatro virtudes:
- Coraje (comparable a la virtud cardinal de “fortaleza”).
- Templanza
- Justicia
- Sabiduría (comparable a la virtud cardinal de “prudencia”).
Dado que estos conceptos han tomado un carácter universal, es que se escogieron las virtudes cardinales como guía y sostén principal de la ética militar[1], ya que reflejan de mejor manera las conductas y actitudes que se esperan de los integrantes de la institución.
Finalmente, podemos decir que el estoico no es un hombre indiferente a lo que pasa a su alrededor; por el contrario, es alguien que plenamente consciente de ello, regula su actuar en base a sus principios. En el próximo artículo veremos no solo la definición propia de esta filosofía, sino que también veremos cómo se reflejan en el trabajo escrito que ha logrado sobrevivir hasta nuestros días.
[1] EJÉRCITO DE CHILE, MOLD-02005 “ETHOS DEL EJÉRCITO DE CHILE”, Santiago, Chile, División Educación, 2018, p. 4-3.
Militar con 10 años de experiencia, estoico en formación.
Que interesante postura Enzo. Estoy totalmente de acuerdo que el Estoicismo es una filosofía de vida, que aplicada a nuestra realidad nos hará mejores personas y mejores lideres. Especialmente en estos tiempos… Espero con ganas tu próxima publicación!!
Una buena manera de entender la felicidad, más aún en tiempos donde se tiende a confundir con vivir plenamente y dar rienda suelta a ideas que normalmente escapan de la disciplina o doctrina militar.
Excelente e interesante artículo.