Estoy a días de terminar mi Servicio Militar, y me permito estas líneas para contarles lo que ha sido una de las experiencias más bacanes de mi vida.
Todo parte el año 2021 cuando con mucho temor, pero ansias a la vez, ingresé por el umbral de mi cuartel. Dentro de mis recuerdos que más me marcaron al ingresar al Servicio Militar, fue la salida a terreno del FFICI[1] (como llamamos los militares a la fase donde nos formamos como combatientes individuales). En mi memoria quedan recuerdos imborrables de las instrucciones y experiencias vividas, como fue el tiro de fusil, la marcha que hicimos desde el predio Lo Aguirre hasta la Escuela de Suboficiales o la cancha de obstáculos.
Pero no todo fue instrucción de combate, ya que, los valores que aprendí y puse en práctica en el Ejército, como la lealtad y el compañerismo, me permiten hoy recordar con mucha nostalgia el régimen al cual fuimos sometidos junto a mis camaradas, con quienes, si bien es cierto, contábamos con poco tiempo, la camaradería vivida en las actividades marcaron una parte importante de mi vida.
Con el transcurso de los meses, llegó un momento que considero muy especial… Se trata del Juramento a la Bandera. Recuerdo que fue algo muy emocionante, ya que es un rito que se realiza solo una vez en la vida. Algo que quedó grabado en mis recuerdos, fue el rol de nuestro comandante de escuadra, quien se reunió con nosotros la noche anterior, para realizar una meditación de lo que estábamos prontos a realizar y así poder asimilar de mejor manera el compromiso de por vida que realizaríamos dentro de pocas horas. Lamentablemente, en esta importante ceremonia no pudimos contar con nuestros familiares, debido a que nos encontrábamos en plena pandemia. Aun así, fue algo muy significativo para cada uno de nosotros.
Cuando se aproximaba el mes de la Patria, tuvimos la importante responsabilidad de cumplir con la seguridad y protección de diferentes ceremonias, pero la más importante, fue la Gran Parada Militar. Haber brindado seguridad en un evento de esta magnitud, fue una experiencia enriquecedora, donde tuvimos la oportunidad de conocer otras personas, junto con interactuar con el resto de las unidades del Ejército y las Fuerzas Armadas. El vivir algo tan significativo para el país, siendo un soldado del Ejército, para mí es algo que quiero vivir nuevamente, pero ahora desde de la planta de alguna institución de las Fuerzas Armadas.
Algo que logré percibir muy de cerca, fue el patriotismo, y el amor por la Patria, que demostraban todos los soldados que desfilaban en la elipse del Parque O’Higgins. Fue algo que pude palpar en el ambiente y me hizo sentir emoción de estar ahí. Pero este momento especial, también dio un cambio brusco en mi vida, lo que hizo analizar mi situación y desafiarme a mí mismo, para mejorar y ser parte de esto.
Agradeciendo el espacio que me ha entregado ArmaMente, quisiera expresar que el Servicio Militar fue mucho más de lo que esperaba, ya que, me permitió crecer en valores, disciplina, compromiso, y patriotismo. Tuve la oportunidad de participar en muchas cosas, desde jurar a la bandera hasta patrullar en periodo de pandemia.
Mis familiares creen que he madurado mucho desde que soy parte del Ejército, incluso hasta mi personalidad cambió, con hechos tan simples como valorar la comida y sobre todo la familia.
Algo que aprendí, fue que los militares sacrifican muchas cosas, cómo el tiempo con la familia, fechas importantes, el tiempo personal, y en ocasiones días sin dormir. Aunque suene raro, gracias a la falta de ese tipo de cosas, uno crece como persona. Recién después de todo esto, me di cuenta de los sacrificios que también hacía mi familia, con hechos tan simples cómo llevar el pan a la casa, lo qué significa el sacrificio que realizaban sin que yo me diera cuenta.
Soy el casi ex Soldado Javier Inostroza González, futuro postulante a la Escuela de Especialidades de la Fuerza Aérea de Chile, agradezco al Ejército por la oportunidad de crecer como persona y a ArmaMente por permitirme contarles mi experiencia.
[1] Fase de formación inicial del combatiente individual
Fuente de la imagen: Sitio web del Ejército de Chile (https://www.ejercito.cl/prensa/visor/soldados-conscriptos-del-regimiento-de-policia-militar-n-1-santiago-finalizan-primer-periodo-de-instruccion-en-terreno)
Mi nombre es Javier Sebastian Hinostroza González soy de la comuna de San Bernardo.
Tengo 20 años y vivo con mi padre y hermana menor, mi padre se desempeña cómo jardinero para la municipalidad de San Bernardo y mi hermana se encuentra estudiando. Mi madre falleció a mis 17 años durante la pandemia del COVID 19. Soy una persona muy tranquila de pocas palabras pero muy capaz de llegar muy lejos por la gente que se lo merece. Tengo también una personalidad muy amable con la gente con la cual me llevo bien.
hinostroza.ds2002@gmail.com
Hola Javier. Muy entretenida tu columna y las anécdotas que contaste respecto a tu Servicio Militar. Te deseo el máximo éxito en tu postulación a la Escuela de Especialidades de la FACH y que mantengas siempre en alto tu vocación y convicciones!!