Los objetivos y el diseño operacional

Según el General James Mattis, exsecretario de defensa de Estados Unidos, “El diseño operacional no reemplaza a la planificación, pero la planificación está incompleta sin diseño”. Esta afirmación demuestra el valor actual de esta herramienta de planificación, empleada por comandantes y estados mayores en la concepción de una campaña. Sin embargo, debido a los pocos años que han transcurrido desde su implementación, el empleo del diseño operacional aun sigue generando debate. Por tal razón, el propósito de esta columna es entregar una breve explicación respecto a la definición de los objetivos de una campaña y su relación con el diseño operacional, debido a que en algunas oportunidades se confunden los objetivos con las condiciones del estado final deseado (EFD).

El proceso de planificación operacional (PPO) empleado en las Fuerzas Armadas sigue el clásico modelo de resolución de problemas basado en un método. Para tal efecto, inicialmente, el comandante y su estado mayor deben definir el problema militar, para lo cual realizan un análisis de la misión y luego, en virtud del problema militar definido, el mismo equipo de trabajo desarrolla la solución a dicho problema, la cual se ve plasmada en una maniobra que se describe en un concepto de operaciones (CONOPS). A la primera etapa, donde se estructura el diseño operacional, se le denomina planificación conceptual mientras que, a la segunda, donde se desarrolla el CONOPS se le define como planificación de detalle. La planificación conceptual permite definir ¿qué debo hacer? y la planificación de detalle establece ¿Cómo lo voy a hacer?[1]. (ver figura 1)

FIGURA 1

El diseño operacional refleja la visualización del comandante, es decir, qué debe hacer, para en un espacio de tiempo determinado, avanzar desde un estado actual no deseado a un estado final deseado, que le permitirá cumplir la misión definida. Para esto, el comandante debe establecer una serie de puntos decisivos[2] que orientarán su camino hacia el logro del objetivo estratégico de la campaña. La definición de varios puntos decisivos busca evitar la batalla decisiva, a fin de no hipotecar el éxito de la campaña en un solo evento. Por tanto, la definición de varios puntos decisivos persigue concentrar el poder de combate en varios momentos a lo largo del tiempo, con la intención de ir degradando la capacidad de combate del enemigo de manera secuencial.

La doctrina conjunta indica que una campaña se desarrolla para alcanzar un objetivo estratégico. Dicha campaña se divide en fases, en donde cada una de estas se desarrolla para alcanzar un objetivo operacional. En síntesis, la acción sucesiva sobre varios puntos decisivos permite alcanzar un objetivo operacional y el logro de varios objetivos operacionales permiten alcanzar el objetivo estratégico de la campaña. Esta lógica es coherente con cuatro de los nueve principios de la guerra: objetivo, economía de las fuerzas, concentración y unidad de mando. Lo anterior, debido a que permite priorizar el esfuerzo, ya que resulta imposible concebir una maniobra en donde se sea fuerte en todas partes. (ver figura 2)

FIGURA 2

diseño operacional

Sin embargo, al observar modelos de diseño operacional, empleados como ejemplo en la doctrina de las Fuerzas Armadas de EEUU, se evidencia que la lógica de concentrar y priorizar descrita en el párrafo anterior puede generar confusión. En los modelos presentados en la doctrina de dicho país, se advierte que al final de cada línea de operaciones o de esfuerzo se establece una condición que a veces se confunde con un objetivo (ver figura 3). En otras palabras, lo que realmente se observa en estos ejemplos de diseño operacional son las condiciones del estado final deseado o criterios de finalización, que son coherentes con el término de una línea de operaciones. Las condiciones son las características del ambiente operacional en un momento específico de la campaña y por lo mismo, no pueden ser confundidas con los objetivos de la campaña.

Figura 3[3]

Es importante aclarar esta confusión debido a que una deficiente interpretación del diseño operacional genera la dificultad de no entender en correcta forma el problema militar. De considerarse las condiciones del EFD como objetivos no quedaría claro donde concentrar los esfuerzos a lo largo de la campaña. De esta forma, siguiendo la lógica de la planificación conceptual y de detalle descrita, una mala comprensión del problema militar llevaría a una mala definición de la maniobra.

Richard Rumelt, determina que el error más relevante que se observa en la definición de una estrategia o maniobra es la falta de priorización, fruto de una deficiente determinación de objetivos. La estrategia involucra focalizar, dejando a un lado objetivos en beneficio de otros[4]. Una maniobra no puede ser un listado de objetivos por cumplir al mismo tiempo. Por el contrario, a través de un ardid, una fuerza debe movilizarse en un espacio y tiempo determinado, para alcanzar una posición de ventaja y de esta forma, actuar sobre las vulnerabilidades enemigas para lograr su derrota. Por tanto, el comandante, en virtud de su comprensión situacional debe establecer las vulnerabilidades del adversario, a objeto de accionar sobre ellas, mediante la concentración del poder de combate en distintos momentos a lo largo de la campaña, lo cual debe quedar reflejado inicialmente en el diseño operacional para luego ser incorporado en la maniobra.

En conclusión, el diseño operacional es una herramienta del comandante para aclarar y transmitir su visualización, él la puede hacer como quiera, no deben existir dogmas en su elaboración, pero si debe existir comprensión en los elementos que emplee en su estructuración. Consecuentemente, determinar objetivos por línea de operación y pretender cumplirlos al mismo tiempo al final de la campaña es un error desde el punto de vista de la estrategia. Finalmente, el diseño operacional es una herramienta de planificación tremendamente útil, pero si no se emplea adecuadamente puede llevar a la incorrecta definición del problema militar y por tanto, a una deficiente definición de la maniobra, lo que podría producir la derrota de la propia fuerza.

[1] GRIGSBY, WAYNE Y OTROS. 2011 ” Planificación Integrada: El proceso de operaciones, el diseño y el proceso militar de toma de decisiones” en Military Review edición mayo – junio. Fort Leavenworth, Estados Unidos. Pág. 2 – 10

[2] Punto decisivo: lugar o momento de la maniobra donde el comandante concentra el poder de combate con el propósito de asegurar el éxito del cumplimiento de la misión.

[3] US Joint Chief of Staff, “Joint Planning”, Joint Publication (JP) 5-0 (Washington, DC: Government Printing Office, 2017) P. IV-30

[4] Richard Rumelt. “The Perils of Bad Strategy.” McKinsey Quarterly 1.3 (2011): 1-10