¿Han escuchado alguna vez esta afirmación? Yo si y en más de una oportunidad. También la he escuchado en su forma negativa: “Esto no me corresponde.” Normalmente este tipo de comentarios comienzan a escucharse al mismo tiempo que se acerca la difusión de las futuras destinaciones. Con la publicación de los nuevos destinos, los comentarios se focalizan particularmente entre aquellos que no quedaron muy satisfechos con el resultado. En algunos casos, se esgrimen razones muy originales y convincentes para argumentar la buena o mala decisión que fue destinar o mantener en su unidad, a quien emite el comentario.
He llegado a creer que existe un grupo de personas que, en su imaginación, construyen una ruta de lo que debería ser su carrera militar. Para consolidar estas líneas de carrera imaginarias, sus interlocutores encuentran vínculos entre una serie de factores muy distintos entre sí. Destacan las variables climáticas y la disponibilidad de centros asistenciales, educacionales y laborales. Estas declaraciones dan cuenta de una superposición del interés particular sobre la del institucional y, quizás, de una forma del efecto Dunning-Kruger[1] temporal. Afortunadamente, la mayor parte del personal entiende esta dinámica tan particular de la carrera de las armas y asume de forma muy profesional sus nuevos destinos, sin importar si éstos se alinean con sus aspiraciones profesionales.
Al respecto es necesario recordar que nuestra carrera requiere de sacrificios que ineludiblemente afectan el ámbito personal y familiar. Esta es una característica propia de nuestra profesión y debemos asumirla desde el inicio de nuestras carreras. Al respecto, existen dos valores que establece la Ordenanza General del Ejército: “Abnegación” y “cumplimiento del deber militar”. Entonces tenemos la obligación de enfrentar estos desafíos tomando como premisa estos valores.
Así también, es necesario reflexionar sobre los procesos que están detrás de las destinaciones. Lo más probable es que los nuevos destinos respondan a un proceso que cuenta con mucha mayor información que aquella que nosotros podamos estimar de forma individual. A esto hay que agregar políticas institucionales que son necesarias de establecer para corregir situaciones que se producen como parte del quehacer normal de una organización de más de cuarenta mil personas. En resumen, existirán numerosas ocasiones en las que cueste encontrar una explicación para una decisión determinada, pero normalmente, éstas adquieren forma con el paso del tiempo y con la madurez profesional.
Luego de asumir las características de nuestra profesión y de los procesos que la sostienen, podemos dedicarnos a responder si algo nos “corresponde” o no. Para responder esta interrogante es útil establecer parámetros objetivos que sirvan para tomar decisiones de forma transversal. Así, la experiencia que yo tenga en un tipo de unidad en particular, pasa a ser un factor mucho menos objetivo o relevante cuando se contrasta con los años de servicio, sanciones, el arma o servicio y las especialidades primarias o secundarias que cada uno haya obtenido a lo largo de su carrera. Esto hace que buena parte de nuestros destinos estén determinados por el propio esfuerzo o interés demostrado en momentos claves de la carrera.
Con todos estos elementos es más fácil identificar qué es lo que le corresponde a cada uno y basta con preguntarse lo siguiente: ¿la unidad donde estoy y el puesto que ocupo responde a mi grado y a mi especialización? Si no tienes claridad de ello, puedes revisar las TOE o TD de tu unidad y con ello despejar cualquier duda que tengas. El resto son (en su mayoría) legítimas aspiraciones que no siempre se dan y cuyo cumplimiento estará determinado en parte por tus propias decisiones, debiendo tener siempre presente que detrás de un resultado adverso para las aspiraciones personales, normalmente se esconden nuevas oportunidades para quienes saben aprovecharlas.
Mucha suerte en tu nueva destinación.
[1] Sesgo cognitivo en el que una persona tiende a sobredimensionar sus capacidades o habilidades para una tarea o desempeño particular.
Fuente de la imagen: Sitio web de la Heritage Foundation (https://www.heritage.org/defense/commentary/white-house-budget-plan-bad-news-national-defense-goals)
ArmaMente es una comunidad que nace de un grupo de amigos, quienes motivados por difundir ideas propias de la profesión militar, deciden crear y proponer una plataforma con un formato de fácil acceso para quienes quieran compartir sus conocimientos y experiencias profesionales.
Por ahora contamos con una página web que concentra los esfuerzos para difundir los artículos de nuestra comunidad. Así también, tenemos redes sociales para facilitar la difusión e interacción con nuestra comunidad. Sin embargo, no sabemos qué es lo que nos espera en el futuro. ¿Alguna idea?
Excelente análisis y bastante cercano a la realidad. Como aporte a este post puedo agregar:
1.Siempre hay que mirar el bien superior no el propio. (Entiéndase el bien superior el Ejército de Chile.)
2. El secreto del éxito de nuestra institución está en encuadrar y destinar correctamente a cada militar conforme a su arma, especialidad y rasgos distintivos que la persona adquiere a lo largo de su carrera que le permitirán adaptarse a la nueva unidad.
3. Si uno no está conforme con su destino o te modificaron el destino inicial, se aconseja asumirlo como un desafío profesional y con altura de mira. Detrás de esa modificación si existió un análisis, bien o mal para la persona, solo el tiempo lo dirá.
4. Finalmente, en este proceso de Destinaciones y Designaciones del RRHH de la institución, se analiza y considera:
-Las características de tu persona.(Desarrollado en tu corta o extensa carrera)
– La línea de carrera y la especialización. (Muy bien análizado por el autor del post)
– La gestión del talento.
– El reconocimiento al mérito militar.
– El apoyo al personal cuando se tienen situaciones en el ámbito personal, profesional o de salud.
PD. Siempre tener presente las características propias de nuestra carrera militar, la que implica bastantes sacrificios personales y familiares, completamente distintas a una profesión civil.
Me identifica plenamente el post. No me esperaba la destinación que llega, pero la asumo como una oportunidad de aprendizaje y crecimiento profesional. No hay destinaciones malas, hay oficiales con falta de cohesión. Si logramos ser un cuerpo unido con propósito en común (el bien del ejército y el bien común), estaremos muy contento en “lo que corresponde”.
Gracias por compartir equipo de ArmaMente! Son un tremendo aporte.
Después de leer este artículo sólo puedo comentar que en ese “grupo de personas” que, en su imaginación, construyen una ruta de lo que debería ser su carrera militar, lo que participa principalmente es el Ego.
Cada cual puede desear un nuevo destino, o cuando le pregunten que le gustaría, plantear interés en salir destinado a x o z unidad, eso es válido ya que es natural y humano que cada cual, según sus sueños o aspiraciones dibuje en sus mentes ese futuro, porque soñar es gratis y es parte de la vida, sin embargo, lo anterior no quiere decir que lo tengan que enviar destinado a ese lugar. La DIVPER efectúa su análisis y se resuelve en base a un análisis y necesidades de RRHHs.
Infelizmente, este “EGO” pasa a ser el infierno de aquellos profesionales, donde sus demonios aspiracionales son susurros permanentes de este ego, que los acerca hacia la soberbia y los aleja de algo tan importante en nuestra profesión que es la humildad.
La humildad es lo que nos va a permitir estar conformes con nuestros destinos, nos permitirá entender el razonamiento del ¿Que tengo tan especial o superior sobre el resto, que me hace merecedor de X puesto?, solo la humildad, nos permitirá asumirlo como un desafío profesional y con altura de mira.
Finalmente, se suma el entender que todos sumamos y que nuestro trabajo es lo que hace que nuestra institución sea cada día mejor , ya que estamos en este camino juntos por el Ejército de Chile.