Firmes bajo la lluvia

Llueve, llueve intensamente y seguimos en posición firme. Ya no sentimos los dedos de los pies, nuestras manos están entumecidas mientras sigue lloviendo, nuestro uniforme estila, sentimos cómo el agua corre por nuestras espaldas empapándolo todo. El casco nos protege de las balas, pero no del agua, seguimos de pie, llevamos minutos sin movernos, esperando, parece que fueran horas, parece que fueran días y sigue lloviendo.

Llueve, llueve y mientras sigue lloviendo pensamos en ¿por qué seguimos aquí? ¿por qué estamos inmóviles?, como si nuestro débil cuerpo fuese de granito, de acero, incorruptible, mis compañeros y yo, nuestra escuadra, nuestra sección, nuestra compañía, todos estoicos mientras llueve. Quizá, porque elegimos el rigor de la disciplina para evitar el dolor del arrepentimiento.

Llueve, llueve y mientras sigue lloviendo nos mantenemos firmes, con la misma disciplina de los hoplitas Espartanos en las Termópilas, que al mando de Leónidas, su rey, uno más en la falange, se mantuvieron firmes empuñando sus lanzas y protegiendo al compañero de la izquierda con sus escudos, mientras se protegían con el escudo del compañero de la derecha. Esa era la clave de la falange, la indoblegable disciplina de los escudos, donde todos dependían del otro y donde la Lambda gravada en ellos, brillaba al sol junto a las capas escarlata, demostrando al adversario, que enfrentaban a los guerreros más disciplinados de la época. Sigue lloviendo y queremos ser como ellos.

Llueve, llueve y estamos entumidos, con frio, pero para superarlo pensamos en calor, un calor abrazador, intenso, seco, como el de nuestro desierto de Atacama. Como el que soportaron disciplinadamente los soldados de quienes somos herederos, durante la Guerra del Pacífico, calzando calamorros, comiendo charqui y cebollas, con los labios agrietados y la lengua hinchada, pero prestos a rendir la vida. Como lo hicieron en Tarapacá, cuando sufrimos un revés al quebrar la disciplina por falta de agua, agua que hoy corre por nuestras espaldas, pero aprendimos del error y seguimos firmes, mientras llueve.

Llueve, llueve y recuerdo cada momento en que nos levantamos antes de diana, en la penumbra, mientras el resto dormía, con sueño, todavía cansados, pensando en rendirnos, conscientes que el simple balbuceo de “pido la baja” terminaría el que parecía un sufrimiento. Pero ese esfuerzo de crear el hábito de entrenar, nos llevó a conseguir la 7×1 (curso de comandos), ese hábito transformado en disciplina, nos fortaleció el carácter, nos unió como equipo, nos forjó el espíritu y como dijo Montgomery, nos fortaleció la mente y nos volvió impermeables a la influencia corrosiva del miedo.

Llueve, llueve y recuerdo cuando ellos fueron al bar de la esquina y nos quedamos leyendo. Nos hicieron bullying, nos llamaron ñoños, perkin y pernos; pero aprendimos de historias donde comandantes que hace muchos años, en otro tiempo, en otro lugar, en otra guerra, también soportaron la lluvia, y donde la disciplina les permitió salir victoriosos. Como las historias de Flavio Vegencio Renato, de casi cinco siglos antes de Cristo, quien dijo a sus Legionarios: “En la guerra, la disciplina es superior a la fuerza; pero si se descuida esa disciplina no hay diferencia entre un soldado y el campesino”. Sigue lloviendo y seguimos firmes porque aprendimos a no ser como ellos.

Llueve, llueve y recordamos al joven subteniente Pedro Lagos de 19 años, que en 1851 tuvo la disciplina de restarse del “Motín de Figueroa”. Que poco más de un año después, en La Serena, tuvo el coraje de representar una orden como temeraria y al cumplirla disciplinadamente, logró la rendición de fuerzas revolucionarias, sin disparar un tiro. Que en 1868 mantuvo la disciplina al mando del 4º de línea, en el combate de Quechereguas, durante las campañas de la Araucanía y logró vencer contra fuerzas superiores y esa disciplina, lo hizo pasar a la historia el 07 de junio de 1880 al mando de las fuerzas que asaltaron y tomaron el Morro de Arica. Por eso y mucho más, mientras sigue lloviendo, nuestro deber es mantener la disciplina para seguir siendo siempre vencedores y jamás vencidos.

Llueve, llueve y recordamos cada vez que no nos gustó una orden pero la cumplimos diligentemente, cada vez que pensamos en seguir el camino más fácil, cada vez que cuestionamos todo y a todos. Cada vez que no comprendimos el porqué de las cosas, cada vez que nos vimos marchando mirándonos los pies, pero recordamos también, que voluntariamente hemos subordinado nuestros intereses y comodidades a un bien superior, que la vida militar nos ha permitido lograr un control y dominio de nosotros mismos, que en el tiempo hemos sido capaces de organizar nuestra propia conducta y que de esta disciplina depende el bien colectivo y el cumplimiento de nuestra misión, como lo expresa nuestra Ordenanza General.

Llueve, llueve y nuestra unidad sigue firme, porque la disciplina es la base en que se sustenta el Ejército, es lo que nos diferencia de una horda, es el vínculo entre cada uno de nosotros que pertenecemos a esta unidad, la más disciplinada, porque juntos en el arduo entrenamiento comprendimos que hoy es lluvia y mañana quizá sean balas, pero seguiremos firmes, disciplinados, como equipo, como hermanos, como familia, como si fuéramos uno solo.

Llueve, llueve y mientras más lluvia, más frio, más viento, sentimos más orgullo de nuestra unidad, de nuestras tradiciones, de los que nos precedieron, de nuestro país, de lo que hemos logrado, porque llevamos el peso de más de 200 años de historia invicta, porque nos grabamos a fuego los valores militares, porque nuestra férrea disciplina no será mancillada, porque somos soldados chilenos.

29 thoughts on “Firmes bajo la lluvia

  1. Excelente pensamiento y recorrido por nuestra historia.

      1. Muy buen artículo y recorrido por nuestra historia militar, excelente.

    1. Disciplina, pilar fundamental para la vida, más aún, es necesaria cuando hablamos de educación de las nuevas generaciones
      ¡Felicitaciones!

      1. Así es Andrea, tenemos una responsabilidad muy grande con las nuevas generaciones. Esperamos en este Blog aportar con un grano de arena…

  2. Muy motivador , para reflexionar de manera permanente, estar preparado con disciplina para todo, hoy es lluvia mañana puedes ser balas, que rudo pero qué cierto, interesante que la disciplina es más importante que la fuerza. Muchas Gracias,

    1. Y la vida está llena de “llueve llueve”, los que ya siendo un desafío permiten retar al destino y emplearse en el cambio , donde el espíritu y estoicismo hacen ver que después de ello habrá claridad y luz.

          1. Muy notable artículo que evidencia como la mente controla al cuerpo e impulsa al espíritu. Nada vence a la mente educada y al cuerpo entrenado; sin embargo, el impulso al espíritu del soldado necesita a la fe, para trascender al tiempo y al lugar. Así, el Dios Creador, Señor de los Ejércitos, es el alfa y el omega que necesita el guerrero como escudo protector, tal como en su tiempo lo fuera el lambda para los griegos. Felicitaciones.

          2. Muy buen articuló, sin duda la disciplina es la columna vertebral de nuestro Ejército, y que reforzado con los valores militares, nos hacen herederos de las más nobles tradiciones militares. El que nos hace un Ejército vencedor y jamás vencido.

    2. Sin duda César, la disciplina sumado al trabajo en equipo en una organización superan ampliamente a la fuerza. Un fuerte abrazo

  3. Nuevamente Fernando un Artículo que conjuga Historia, recuerdos, reflexión y por sobre todo la sensación que cada uno de quienes son o fuimos parte del Ejército nos hace sentir orgullo de haber sido parte en algo de esta gran Institución.
    Felicitaciones y comparto este nuevo gran mensaje!!!!

    1. Muchas gracias, esperamos seguir aportando a las nuevas generaciones.

  4. La lluvia moja el cuerpo, pero la disciplina fortalece el espíritu.

    1. Así es Jonathan, y ese espíritu es el que nos mueve a lograr lo imposible…

  5. Excelentes reflexiones Fernando, no tengo dudas de tus capacidades de líder. Mantener a fuego la disciplina a toda costa, especialmente en estos tiempos, en que lo superficial reemplaza a lo profundo. “Mientras mas se suda en la paz, menos se sangra en la guerra.”

    1. Muchas gracias!! Seguiremos intentando que las nuevas generaciones sean mucho mejores que nosotros.

  6. Muy buen articulo..igualno mejor que los anteriores.
    Esa lluvia implacable pero que nos hace ser diferentes.
    Felicitaciones

  7. Excelente artículo , recordando nuestra historia y del orgullo de haber estado bajo la lluvia …

    1. Muchas gracias. Creo que independiente donde, siempre estamos bajo la lluvia, la clave esta en como seguimos adelante aun cuando sea torrencial…

  8. Excelente artículo…..clarísima Reflexión, Recuerdos y también historias de Vida de tantos….de Principios, Valores y por cierto de nuestra Disciplina….Felicitaciones 💂‍♂️🇨🇱

  9. En el mundo civil también debemos ser firmes y conscientes qué las cosas más importantes, se relacionan con el espíritu y no se ven a simple vista. Un acto vale más que mil palabras

    1. Así es Juan Pablo. El ejemplo personal es clave en toda organización y equipo de alto rendimiento. Gracias por tu comentario

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