Hace varios años, en 2007, participé en el primer ejercicio multinacional de Operaciones Especiales “Southern Star” entre Chile y el Comando Sur de EE.UU. Durante la actividad, otro chileno, tan ávido por la lectura como yo, estaba inmerso en el libro: “Not a Good Day to Die: The Untold Story of Operation Anaconda” y con sorpresa, me comentó que uno de los protagonistas del libro estaba con nosotros: el Capitán de Navío Victor Hyder de los Navy SEALs.
Conversando con él y con total franqueza, Victor Hyder nos relató cómo cometió un grave error al ordenar la inserción de una patrulla SEAL en la cima de una montaña, asumiendo erróneamente que no habría enemigos en la zona. Presunciones erróneas, deficiente sistema de mando y control y falta de inteligencia previa, llevó a que fueran detectados por los talibanes, resultando en el fracaso de la operación y la trágica pérdida de siete vidas en el combate de Takur Ghar.
A pesar de su error, la Marina de EE.UU. investigó el incidente y, tras evaluar su valentía al intentar rescatar a sus hombres, lo condecoró con la Estrella de Plata. Con el tiempo, y gracias al aprendizaje adquirido, Hyder fue asignado al mando de una unidad SEAL. Esta historia es un ejemplo respecto a cómo el proceso de equivocarse, aprender y adaptar los procesos permite liderar de mejor forma, ¿Cómo crees que reaccionarías tú o tú organización, a una situación de estas características?.
Peter R. Scholtes, en su libro “The Leader’s Handbook”, transmite un principio fundamental del liderazgo moderno: no temerle al error, sino verlo como una herramienta de aprendizaje y crecimiento. Como él mismo afirma: “No se puede garantizar que no se cometerán errores, pero sí se puede garantizar que se puede aprender de ellos”. En cualquier organización, y especialmente en el ámbito militar, los errores son inevitables. Sin embargo, lo que realmente importa no es el error en sí, sino la forma en que decidimos enfrentarlo. Diferenciar los tipos de errores y responder adecuadamente a ellos fortalece nuestras capacidades y construye una cultura organizacional basada en la mejora continua y la confianza mutua. Los errores accidentales, aquellos que surgen de factores imprevistos o condiciones fuera de nuestro control inmediato, no suelen ser el resultado de negligencia, sino de fallas en los procesos o sistemas.
Un triste ejemplo en la historia militar chilena es la tragedia de Antuco en 2005. Una combinación devastadora de condiciones meteorológicas extremas y decisiones erróneas resultó en la lamentable pérdida de 45 vidas. Este evento marcó un antes y un después en la planificación y ejecución de operaciones, subrayando la importancia de un enfoque sistémico para mitigar riesgos. En situaciones como esta, el liderazgo efectivo se manifiesta al realizar revisiones profundas después de los acontecimientos, analizando qué falló y cómo mejorar. Aplicar principios como los del Dr. Edward Deming puede ayudarnos a rediseñar sistemas para reducir la probabilidad de errores futuros. Lo crucial no es buscar culpables individuales, sino comprender cómo mejorar el sistema en su conjunto y fomentar un entorno de aprendizaje y mejora continua.
Los errores derivados de la falta de conocimiento o preparación son otra realidad inevitable, especialmente en entornos complejos. Al respecto, lo relevante no es evitarlos, sino aprender rápidamente de ellos. Durante la Guerra del Pacífico (1879-1884), el Ejército de Chile enfrentó enormes desafíos logísticos por su inexperiencia en operaciones a gran escala en el desierto. Sin embargo, los líderes chilenos adaptaron estrategias y desarrollaron soluciones que resultaron clave para la victoria. Este ejemplo demuestra que reconocer la falta de conocimiento no es un signo de debilidad, sino una invitación al aprendizaje continuo.
Por otro lado, los errores cometidos con dolo o falta de ética representan un desafío distinto. Estos errores son especialmente graves porque derivan de acciones deliberadas que atentan contra los valores y principios organizacionales y pueden incluir la manipulación de información, el desvío de recursos, el incumplimiento intencional de deberes, entre otros. Cuando ocurren, erosionan la confianza y comprometen la integridad del sistemaen su conjunto. La respuesta debe ser clara y contundente: investigar con rigor, sancionar a los responsables y reforzar una cultura ética que prevenga estas acciones. Dejar este tipo de comportamientos sin consecuencias afecta la moral y envía un mensaje equivocado sobre lo que la organización está dispuesta a tolerar.
Durante mucho tiempo, muchas organizaciones operaron bajo la premisa de que los errores debían ser castigados con dureza, generando culturas de miedo y estancamiento. Quizá este sea el motivo por el cual líderes competentes desarrollan actitudes tóxicas que terminan afectando la confianza y cohesión organizacional. Sin embargo, este paradigma ya no tiene cabida en un mundo que exige flexibilidad y mejora continua. Edward Deming y Peter R. Scholtes demostraron que los errores, si se gestionan correctamente, pueden ser catalizadores para la innovación y el progreso. Adoptar este paradigma significa analizar las causas raíz, identificar factores que contribuyeron al error y colaborar con el equipo para encontrar soluciones. Más allá de esto, celebrar los aprendizajes obtenidos tras enfrentar dificultades fortalece tanto a las personas como a las organizaciones, como fue el caso de los Navy SEALs.
Aceptar los errores no es señal de debilidad; al contrario, refleja madurez y sabiduría. Colin Powell lo expresó de manera brillante: “No hay fórmulas secretas para el éxito. Es el resultado de tu preparación, trabajo duro y aprender de los errores”. Incluso los fracasos más difíciles pueden transformarse en oportunidades de crecimiento. De manera similar, Samuel Beckett refuerza esta idea con su icónica frase: “Ever tried. Ever failed. No matter. Try again. Fail again. Fail better“. Cada intento fallido es una oportunidad que nos acerca a una mejor versión de nosotros mismos.
Finalmente, nuestra misión como líderes no es alcanzar la perfección, sino promover el aprendizaje constante. Sigamos el ejemplo de líderes visionarios y adoptemos este cambio de paradigma para transformar nuestras organizaciones. Porque, como dijo Scholtes: no se puede garantizar que no se cometerán errores, pero sí se puede garantizar que se puede aprender de ellos. Ahora bien, ¿Cómo podrías aplicar esta visión en tu entorno? ¿Qué paradigmas necesitas cuestionar para fomentar un liderazgo efectivo? ¿Estás listo para transformar los errores en oportunidades?.
Si quieres saber más:
- Beckett, Samuel. Worstward Ho. London: John Calder, 1983.
- Deming, W. Edwards. Out of the Crisis.Cambridge, MA: MIT Press, 1986.
- Naylor, Sean. Not a Good Day to Die: The Untold Story of Operation Anacond New York: Berkley Caliber, 2005.
- Powell, Colin. It Worked for Me: In Life and Leadership. New York: Harper, 2012.
- Scholtes, Peter R. The Leader’s Handbook: Making Things Happen, Getting Things Done. New York: McGraw-Hill, 1998.
Gracias Fernando por tan elocuente publicación.
Muchas veces en el Ejército se espera la perfección en la ejecución de cada una de las actividades que son desarrolladas. Naturalmente en dicha ejecución hay errores y la gran mayoría de las veces estos son sancionados sin siquiera dar espacio al aprendizaje que manifiestas en tu publicación. Lo anterior casi en el 100% de las oportunidades produce un fenómeno de INACCIÓN por temor al error.
Dar espacio al error es una de las tareas de cualquier líder y comandante. Sólo así se desarrollará desde tiempo de paz la creatividad, iniciativa y confianza a partir de la aceptación del error y del aprendizaje que este genera.
Excelente publicación. Muchas gracias
Muchas gracias por el comentario!
Completamente de acuerdo, esa parálisis o inacción también corroe la confianza que los subordinados tienen depositada en el “líder”, llevando a la organización a una espiral negativa de la que es difícil salir. Aprender de los errores es primordial, porque van a pasar… en el fondo, la vida se trata de como gestionar el “Plan B”.
Un fuerte abrazo
Excelente artículo mi Coronel !!!
Muchas gracias Andrea!! Estamos esperando tú artículo 😁