¿Por qué unos si y otros no? El factor clave para ser “Comandos”

No. No necesitas correr los 2.400 mts. en menos de ocho minutos. Tampoco tienes que tomar de tu propia orina ni matar un perro luego de criarlo por meses. Para ser especialista Comandos del Ejército de Chile debes pasar por una serie de dificultades medidas y probadas que pondrán a prueba tu resistencia física y, sobre todo, la psicológica. Estas dificultades constituyen en sí mismas, razones de sobra para que lo intentes, tal como te lo explicamos hace algún tiempo en “Por qué ser Comandos”.

Sin embargo, cada año entre un cuarto y un tercio de quienes inician su proceso de formación como especialistas comandos, ven la 7×1[1] prendida al costado de su hombro izquierdo el día de la graduación. Cabe preguntarse entonces por qué algunos llegan al final del camino y otros no. Hoy, no quiero hablar de esas razones, sino de lo que estimo podría ser la clave para encontrar la motivación y voluntad suficiente para terminar el curso de forma exitosa.

Al igual que al inicio de estas líneas, es muy probable te adelantes con una posible respuesta. Así que no; El factor clave tampoco es la capacidad para resistir el frío, el sueño, el miedo, la incertidumbre, el hambre, el dolor, ni la fatiga que de seguro experimentarás de sobra si decides aceptar el desafío (se los dice alguien que fue un verdadero desastre como alumno cuando intentaba sobreponerme a los embates propios del curso). El factor decisivo es querer ser Comandos. Sé que esto suena de una obviedad ridícula, pero espérame un par de párrafos…

Si ingresas al curso de Comandos, todos los días encontrarás razones de sobra para dar un paso al costado. Allí, enfrentarás tus límites de resistencia por lo que te verás en la obligación de acudir a las razones por las cuales se te ocurrió ponerte en esa situación. Si decidiste ir al curso de comandos porque te gusta cómo luce el distintivo en la tenida de combate o por la reacción que podría generar en tu entorno, no pasarás los primeros cuatro días del curso (aun cuando se siente genial lucir la piocha de comandos en el uniforme). Si decidiste postular y crees que el curso te servirá para “probarte”, es muy probable que no termines el período básico, aun cuando en las exigencias del curso si sirven para probarse unos mismo. Ahora bien, si piensas que el objetivo real es terminar el curso de comandos, quizás termines el período básico, pero no te veo llegando a la graduación.

Tengo el firme convencimiento que, en los momentos más difíciles, cuando tengas que meterte a una piscina a las cuatro de la mañana con una temperatura ambiente que bordee los cero grados, vas a requerir de algo mucho más profundo que todas las razones anteriores. Por simple que parezca, pasar por los obstáculos que te presenta el curso son el único camino para poder ser un Comandos del Ejército de Chile. Ahí está la clave, ya que ser un Comandos es muchísimo más que todo lo descrito anteriormente.

Ser Comandos, significa que probablemente llegarás a una unidad donde la gran mayoría de tus compañeros pasaron por lo mismo que estás pasando tú, sintieron y sufrieron emociones similares y pudieron sobreponerse. Eso hace que puedas ser parte de un grupo de guerreros en quienes poder confiar. Asimismo, esa unidad a la que vas a pertenecer, será parte de múltiples ejercicios a lo largo y ancho del territorio nacional, compartirás con miembros de las otras FAs en ejercicios conjuntos, empleando medios terrestres, aéreos y marítimos de las otras instituciones y en muchas ocasiones podrás interactuar con unidades pertenecientes a fuerzas armadas extranjeras. De seguro te corresponderá también visitar otros países para participar de ejercicios combinados.

Ser comandos implica que cuando haya una situación delicada o una emergencia, será tu unidad la que será empleada para hacer frente a dicha situación. Las unidades de operaciones especiales (Oes) son aquellas más óptimas para escenarios complejos, donde se requiere personal altamente especializado para resolver o sobrellevar situaciones en las que las unidades regulares no son tan eficientes.

Ser Comandos y pertenecer a una unidad de comandos, significa que tu día a día será distinto a lo que conoces hasta hoy. La instrucción física tendrá una exigencia mucho más significativa y verás como te vas volviendo cada día más fuerte. La instrucción de combate te llevará a deslizarte por la nieve, a desplazarte y sumergirte en el mar, a disparar los sistemas de armas más sofisticados y por su puesto a saltar desde un avión en vuelo más de cien veces antes de que asciendas al grado de mayor o sargento segundo.

En síntesis, ser comandos significa que tendrás una vida como Comandos. Ya sea en una unidad de operaciones especiales o en una convencional. Ahí siempre serás reconocido como tal y deberás responder al tremendo prestigio que significa ser parte de un grupo reducido de personas que han sabido sobreponerse al mayor rigor que conoce la instrucción y el entrenamiento militar. Por eso, cuando te sientas débil y sientas que es hora de tirar la toalla, piensa en lo que te espera en una vida como Comandos y verás como aparecerá la motivación y voluntad necesaria para terminar ese día y comenzar otro.

La Patria o La Tumba.

[1] Término para describir el distintivo de la especialidad de “Comandos” por sus siete centímetros de largo por uno de alto.

Fuente imagen: Sitio web del Ejército de Chile (https://ejercito.cl/prensa/visor/32-integrantes-de-la-institucion-se-graduan-como-comandos-del-ejercito-de-chile)