Desde el principio de su historia, el ser humano ha buscado formas de defenderse asimismo y a los que le rodean de amenazas externas. Es por esta razón que al pasar los años, se conformaron las organizaciones militares, que inicialmente, estuvieron constituidas por pequeños grupos de personas armadas con herramientas, las cuales les permitían una eficaz capacidad de provocar daños sobre las amenazas. En la actualidad, son esas herramientas las que llamamos armas, y que son parte de la base de un ejército, las cuales para ser utilizadas con profesionalismo, requieren de ciertas capacidades que no posee un ciudadano común y que es imprescindible que un militar cuente con ellas, ya sea por razones técnicas, o bien de salud.
Producto de esto, a través de los años, la preparación para el combate siempre ha demandado un especial esfuerzo en lo físico, ya que, a pesar del avance de la tecnología, el hombre y lo que éste puede hacer basado en su cuerpo e intelecto, sigue siendo la pieza angular sobre la que se sustenta el poderío de una fuerza militar. Por tal razón, el propósito de esta columna es presentar una síntesis de la evolución histórica de las capacidades físicas que el soldado ha necesitado en diversos momentos para cumplir su tarea, con la intención de demostrar que la preparación física para el combate ha estado presente siempre en el entrenamiento de los ejércitos.
Ya en la Época antigua existía la necesidad de prepararse físicamente para el combate. Esparta, con la educación Acoge, consideraba que los infantes de 8 años de edad debían estar en condiciones de comenzar su formación militar, donde eran extirpados del seno maternal y se les impartía instrucción en supervivencia, artes marciales y manejo de las armas. Esto tenía la finalidad de formar una coraza física a los 18 años de edad, que les permitiera utilizar el pesado oplón para defenderse, y la larga sarisa para atacar a otros. Gracias a esto, los espartanos fueron tildados como los mejores soldados de su época, dejando de manifiesto esta realidad en las victorias que obtuvieron en combates muchas veces desiguales.
Fue una similar capacidad física, la que años más tarde, basado en la experiencia de los jóvenes espartanos, erigió a quizás, el imperio más importante de la historia universal: Roma. El ejército romano sustentado en sus legionarios, tuvo la capacidad de imponerse sobre gran cantidad de pueblos y culturas, y le permitió a sus ciudadanos vivir en paz y desarrollarse por casi 600 años.
El entrenamiento de un legionario era tremendamente exigente; comenzaba en una difícil etapa de sus vidas, donde ingresaban como hastatis, que con una armadura ligera se instruían en técnicas de marcha y combate cercano, lo que les implicaba cohesionarse entre sí. A medida que pasaba el tiempo y se fortalecían, además de sumar experiencia en combate, se convertían en príncipes y finalmente en triarii. Los que más destacaban en combate gracias a su entrenamiento, eran nombrados centuriones, quienes tenían el honor de comandar una centuria. Durante las campañas en las frías tierras germanas, los legionarios supieron obtener victorias y sobrevivir en condiciones adversas y frente a un enemigo muy superior en número, gracias a su disciplina y sobre todo, al entrenamiento físico militar que recibieron y que les permitió dominar el arte de la guerra plenamente a través de sus comandantes, desde sus centuriones, tribunos, y generales, pues todos, sin excepción, recibieron el entrenamiento físico adecuado para desempeñarse como tal.
Así mismo, los ejércitos del emperador Napoleón, sustentaron su expansión sobre sus botas. En el siglo XIX marcharon miles de kilómetros para doblegar a Europa entera, desde las cálidas estepas ibéricas hasta los fríos bosques de Rusia. Dichas conquistas se basaron en la capacidad de marchar rápidamente, logro que demandó un amplio trabajo de entrenamiento físico previo a que las fuerzas se emplearan en batalla.
En la época actual, a pesar de la evolución de la tecnología y la ciencia, la experiencia aquilatada en los últimos conflictos indica que es necesario que el soldado, mantenga, perfeccione y fortalezca una capacidad física, orientada a un entrenamiento responsable y profesional, puesto que el equipo que posee le exige una capacidad física acorde.
Desde este punto de vista, es preciso mencionar que un oficial o suboficial, considerado comandante, debe ser un hombre capaz de sobresalir entre el resto de la tropa por sus cualidades físicas excepcionales, que le permitan tener la moral, profesionalismo y conocimientos suficientes para poder impartir instrucción a su unidad, y de esta manera, entrenarla en todos los ámbitos que exige la profesión, logrando que esta se convierta en una eficaz maquinaria de combate en su conjunto.
Es por esto, que en la Escuela Militar, y el Ejército en general, se lleva adelante la tarea de controlar a su personal con pruebas de suficiencia física, que le permiten determinar cuáles son sus capacidades favorables, y cuáles son las falencias que ha de mejorar.
Es por lo anterior que la institución exige una notable capacidad física para quienes desean integrar sus filas, mediante los respectivos procesos de admisión anuales y semestrales, donde se seleccionan los ciudadanos más capaces de asumir el honor de estar en condiciones de defender a la patria, y que de igual manera, sean competentes para seguir perfeccionando su capacidad física dentro de la fuerza terrestre.
Considerando todos los aspectos anteriores, creo que para un militar es necesario mantener una permanente conciencia de controlar su estado físico, buscando siempre perfeccionarlo, para que en un momento determinado, sea capaz de enfrentar las situaciones más difíciles, teniendo en cuenta que no podrá fallarle a su unidad, siendo capaz de sobreponerse físicamente al desgaste de la misión y que cumplirá sin mayores problemas con el deber que su patria le demanda.
Orgulloso integrante de la Escuela Militar y futuro oficial del Ejército de Chile
Felicitaciones por la publicación ud pudo ser abogado pero eligió la carrera más linda y difícil servir a su Patria.
Saludos de su papá que se siente orgulloso ojalá llegue muy lejos en su carrera militar
Atte. Antonio Campos ¡Aquí y Ahora!
Gracias por el comentario. Da gusto tener post de jóvenes alumnos de la Escuela. Saludos!!