La expectación y ansiedad de semanas dieron paso a las más variadas reacciones y emociones. A medida que la lista se viralizaba virtualmente y los corazones se agitaban, aparecieron por un lado las sonrisas, la satisfacción, la alegría, el orgullo. Por otro, la resignación, frustración, el sentimiento de injusticia, la envidia, la incomprensión.
En concreto, en pocos minutos supimos quiénes serían los futuros mandos de batallones, regimientos, destacamentos, brigadas, escuelas y academias. En síntesis y, como todos los años, algunos fueron designados para ejercer el mando y otros no.
Al respecto, quiero compartir algunas reflexiones dirigidas a los distintos grupos que sin quererlo se forman en torno a esta dinámica tan particular. Aquellos “tocados por la varita mágica”, aquellos que no y aquellos que miraron indiferentes sin un interés en particular. Asimismo, confío que estas ideas sirvan en distintos ámbitos de la vida, ya sea en lo profesional o personal.
- “Comienza con el por qué?” Parafraseando a Simon Sinek[1], parto esta lista con un cuestionamiento fundamental. Ya sea hayas sido designado para mandar o no, debemos preguntarnos por qué queremos ejercer el mando. ¿Es por el reconocimiento? ¿Es para influir positivamente sobre muchos? ¿Es por los “beneficios”? ¿Es para cumplir un requisito? Piensa y respóndete a ti mismo. Luego puedes seguir haciendo la misma pregunta sobre las respuestas que vayas encontrando. Reflexiona sobre esto y evalúa qué sentido le dan a tu propósito para realizarte en un determinado puesto.
- “Memento Mori.” Esta famosa frase de los Estoicos, se le conoce principalmente por su llamado a estar conscientes de nuestra finitud y, por consiguiente, recomienda centrarse en lo esencial de la vida. Sin embargo, “recuerda que eres mortal” también es un llamado al desapego de aquello que pudiera ser superficial, entre lo que destaca “el poder”. Desde mi perspectiva esto adquiere mayor relevancia cuando ese “poder” es temporal. En contraposición, pensar en la maravillosa oportunidad de servir a nuestra Institución y a Chile desde un lugar de mayor impacto parece ser algo mucho más trascedente en el tiempo.
- De dulce y agraz: Esto ya lo desarrollamos en un post anterior (ver aquí), pero en momentos como éstos vuelve a adquirir valor. Nuestra carrera militar es así; igual que la vida misma; con momentos buenos y momentos malos. Eso que hoy te frustra esconde momentos espectaculares a la vuelta de la esquina; Lamentablemente, eso que hoy te alegra hará también lo contrario en más de algún momento. La conclusión, adquirir consciencia de esta característica ineludible en nuestra profesión y estar preparado para enfrentar con entereza los momentos difíciles y con humildad aquellos en que las cosas sales bien.
- Sube para volver la mirada: Con mando o sin mando, el próximo año serás un año más antiguo o incluso tendrás un nuevo grado. Pues bien, existe una paradoja muy especial en la medida que ascendemos. (ver post al respecto)
Mientras más subes, más lejos nos encontramos de aquellos que sufrirán los efectos (positivos o negativos) de nuestra gestión. Es por eso que la vista debe estar dirigida hacia ellos, no hacia el otro lado. Los reconocimientos por nuestro trabajo deberán venir producto de nuestra preocupación por nuestra gente y por los recursos puestos bajo nuestra administración; todo enmarcado en el apego hacia los valores fundamentales de la profesión militar. - Se agradecido. Ya sea hayas tenido suerte o no en esta pasada, no olvides el camino que te trajo hasta aquí. Si sientes frustración por no ver cumplidas tus expectativas, recuerda todas las veces en las que si se han cumplido; tus destinaciones, comisiones, reconocimientos u otras designaciones previas. Si bien la carrera de las armas demanda muchos sacrificios a lo largo de los años, también nos recompensa con momentos espectaculares en los que hemos podido vivir plenamente nuestra vocación de soldado. No los perdamos de vista y sopesemos este momento de forma más objetiva, para que luego, vayamos donde vayamos, pongamos toda nuestra energía en los nuevos desafíos que se nos pongan por delante.
Obviamente esta lista está incompleta; Faltan tus reflexiones. Sobre todo, aquellas que solo el tiempo nos da la claridad para comprender. Sin saber si estás conforme o no con estas nuevas designaciones, como equipo Armamente no podemos estar ausentes en momentos claves de nuestra vida militar. Es por ello que compartimos nuestras reflexiones con todo aquel que se interese por contribuir, para que, en conjunto, vivamos la vocación militar de forma plena al servicio de nuestro País.
[1] Simon Sinek. Autor Británico/norteamericano conocido por sus charlas TED y por su libro “Strat with Why” (comienza con el por qué). Más información en https://simonsinek.com/simons-bio/
ArmaMente es una comunidad que nace de un grupo de amigos, quienes motivados por difundir ideas propias de la profesión militar, deciden crear y proponer una plataforma con un formato de fácil acceso para quienes quieran compartir sus conocimientos y experiencias profesionales.
Por ahora contamos con una página web que concentra los esfuerzos para difundir los artículos de nuestra comunidad. Así también, tenemos redes sociales para facilitar la difusión e interacción con nuestra comunidad. Sin embargo, no sabemos qué es lo que nos espera en el futuro. ¿Alguna idea?
Que acertada reflexión, claramente la motivación de mandar deberia estar en todos que están expectantes, ya que para estar en esa posición se debe creer que se cumplen los requisitos y el perfil, que es lo único que uno puede controlar, es decir tener sus semáforos en color verde. Lo que venga hacia adelante, está fuera de nuestro control, el ser tocado o no, “por la varita”, dependerá de la autoridad que tiene la atribución de resolver y de su grupo asesor. Por eso, un sabio superior me dijo una vez: “Las cosas son como son y no como nos gustaría que fueran”, y tener claridad con esto, creo que reduce el dilema de mandar o no.