El servicio militar y su impacto en la vida profesional

Cada año un selecto grupo de jóvenes, en su mayoría voluntarios, toma quizás una de las decisiones más importantes de sus vidas: integrar las Fuerzas Armadas de nuestro país para realizar su servicio militar. Para muchos, será una experiencia relevante en el trascurso de sus vidas, la marcará un antes y un después, a la hora de analizar cualquier situación a la que se enfrenten.

La experiencia del servicio militar, como cualquier proceso de inmersión social, será apreciado de forma diferente en cada persona. Para algunos despertará la inquietud por pertenecer en cuerpo y en alma a alguna de las Fuerzas Armadas. Para otros, la intención de servir a Chile se cristalizará en las fuerzas de orden como Carabineros de Chile. Y por supuesto, un grupo importante retomará su vida civil, para continuar sus proyectos de vida personales, llevándose el recuerdo de haber sido parte de este grupo de ciudadanos que se licenciaron del servicio militar en nuestro país.

Siempre supe que quería cumplir con el servicio militar. Así fue que, al tener la edad reglamentaria realicé mi solicitud para ingresar al curso de estudiantes que se realizaría el año 2004 en Valparaíso, particularmente en el entonces Regimiento de Infantería Nº2 “Maipo”.

Durante el proceso de selección fuimos muchos los postulantes al programa. Como me encontraba cursando el segundo año universidad fui finalmente aceptado, ya que según entiendo, el criterio en esa oportunidad corrió en beneficio de aquellos que tenían el nivel de escolaridad más alto. Al finalizar la jornada de ese día, ya estaban completos dos secciones de tres escuadras cada una. Estaba lista la compañía ya que estábamos seleccionados los jóvenes que nos convertiríamos en soldados estudiantes ese verano.

Según recuerdo, este intenso programa buscaba formar combatientes individuales que quedaran en condiciones de desempeñarse como comandante de escuadra de Infantería. Esto se nos constituiría como parte de la reserva militar y que mejor lugar para aquello, que el 2º de Línea, un lugar lleno de historia y tradición.

Algunos de mis camaradas siguieron el llamado de la vocación militar e ingresaron a una Escuela Matriz. La mayoría de nosotros volvimos a nuestras carreras, nos titulamos y comenzamos la vida laboral.

En mi caso terminé mi carrera y al poco tiempo me empleé en la industria de producción de salmones. Mi cargo era asistente de producción donde desempeñaba el rol de ser el segundo líder de un turno. Allí, tenía a cargo un grupo de personas, la producción, mantención y de todo lo que sucedía en el turno, reportando a una jefatura superior.

Hasta ahí todo normal, pero poco a poco, fui entendiendo y aplicando muchas de las experiencias de mi paso por el servicio militar. Cuando realizaba mi servicio muchas de las cosas que realizaba la hacía solo por cumplir, intentaba hacerlas bien para no recibir un llamado de atención. Sin embargo, no fue hasta que comencé con mi vida profesional que pude conectar y valorar su importancia y trascendencia.

El trabajo de un comandante de escuadra es similar al de una jefatura. Esto si entendemos a la jefatura como un líder que da el ejemplo tal como lo pude observar en mis comandantes dentro de la sección a la que pertenecí. Recordé como cada mañana se nos reunía y se describían las actividades a desarrollar. También recordé cómo se nos reforzaban las medidas de seguridad y cómo siempre se nos instruía de forma progresiva cuando aumentaba la complejidad de lo que debíamos realizar.

Algunas veces se nos daban instrucciones detalladas y otras se dejaba el espacio para nuestra propia reflexión en lo que entendíamos era un intento por comprender el mando tipo misión. Pues bien, ahora yo me encontraba al otro lado de la vereda y debía liderar a mi equipo de trabajo.

También recordé los gratos momentos de convivencia, la celebración de los cumpleaños o cosas tan sencillas como cuando nos preguntaban si teníamos dudas o consultas para lograr una retroalimentación efectiva. Todos estos recuerdos me han servido para liderar personas.

El servicio militar es una experiencia y es una formación que modela nuestra forma de ver y enfrentar la vida. Quizás eso no lo entienda completamente un joven de 18 años, pero el implacable paso del tiempo nos permite ver estas enseñanzas con mayor claridad.

Con el paso de los años, me especialicé en la gestión de riesgos de desastres lo que me permitió vincularme mucho más con las Fuerzas Armadas y de Orden. Pude observar las formas para enfrenar los problemas y conflictos, definir prioridades y planificar una respuesta, hechos que me permitieron valorar mucho más mi experiencia militar.

Tiempo después realicé el curso profesional para obtener el grado de alférez de reserva en el Ejército, formación que me permitió comprender el aporte de un Oficial de Reserva como mayor madurez y experiencia.

Tengo los mejores recuerdos de mi servicio militar. Fue allí donde me puse el uniforme por primera vez, para no sacármelo nunca más. Fue en el servicio militar donde formé fuertes lazos de amistad, de esos que no se consiguen en otros lugares, ya que solo allí se pertenece a un solo cuerpo militar. Es en el servicio militar donde miles de jóvenes “juramos a la bandera” para poner siempre a Chile primero.

Cada joven vive su experiencia militar de forma diferente. Algunos en Arica, en el centro del país o en lugares remotos como Tierra del Fuego. Pero independientemente del lugar de Chile donde les toque servir, tienen la oportunidad de aprender cosas que les servirán para los desafíos de su vida. Estoy seguro que el Padre Alberto Hurtado utilizó parte de sus experiencias militares*, para sacar adelante su gran proyecto de ayuda social, conocido como el Hogar de Cristo.

Para todos aquellos que se encuentran realizando su servicio les quiero decir que están viviendo una experiencia inolvidable. Puede que esto no lo valoren en este momento, pero confíen en que el servicio militar les entregará valores y virtudes que ninguna universidad o empresa les podrá entregar y esto les ayudará con cualquier camino que elijan desarrollar en sus vidas y serán un aporte en las diferentes áreas de la sociedad.

 

*San Alberto Hurtado Cruchaga, realizó su Servicio Militar en el Regimiento de Infantería Yungay, logrando el grado de teniente 2º (Reserva) en un programa de estudiantes universitarios.

 

Fuente de la imagen: Cuenta de X del Ejército de Chile. (disponible en https://x.com/Ejercito_Chile/status/1795217199252062496/photo/2)

2 thoughts on “El servicio militar y su impacto en la vida profesional

  1. COMO SEA ESTAR PREPARADOS PARA LA GUERRA

    Hay países cuyo Servicio Militar es cumplido por todos los ciudadanos, hombres y mujeres incluso discapacitados y por un tiempo no menor a dos años. Algunos países han definido que terminado su Servicio Militar, los jovenes deberán viajar por el mundo durante un par de años más…lo que implica que regresaran a su país habiendo viajado por el mundo, hablando dos o tres idiomas nuevos, para decidir qué estudiarán o qué harán en la vida…para ese entonces tendrán muchas claras, en tanto las culturas latino americanas, para esa edad ya habrán terminado una carrera, probablemente tendrán un auto y una deuda por estudios y un departamento que les acompañará durante toda su vida laboral, pronto serán Padres, los más visionarios optaran por mascotas, así enfrentan un destino incierto en el que lo única certeza es que todo lo que les rodea se encuentra irremediablemente en caída libre hacia su total destrucción

    1. Gracias por comentar, actualmente la situación de Europa del Este, ha reactivado la situación de análisis del Servicio Militar, donde volvería a ser obligatorio, en algunos casos para hombres y mujeres, incluyendo un largo vinculo de reserva, categorizada en a lo menos tres tipos de reserva movilizable, en caso de ser necesaria. Sea el Servicio Militar o la Defensa Civil, como únicas alternativas para lograr el valer militar según la ley, es un hecho que el Estado gana con personal capacitado, y es la propia persona quien gana al adquirir nuevos conocimientos, competencias y experiencias de liderazgo para aplicarlas en su propio rol dentro de la comunidad.

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