Qué orgullo lo que se vive por estos días en Santiago y algunas otras ciudades de nuestro país. Los Juegos Panamericanos y próximamente los Para-Panamericanos Santiago 2023 son una fiesta que nos une como chilenos en torno al deporte. Y cómo no si estamos representados por un tremendo equipo de personas que lo dan todo por dejar a Chile en lo más alto del deporte continental.

El “Team Chile” reúne a personas de todos los rincones del país. Pero eso no es todo, a lo largo de los días de competencia los hemos ido conociendo mas allá de sus cualidades deportivas. Como compatriotas hemos conocido su origen geográfico, sus raíces sociales y en ocasiones del increíble sacrificio personal e incluso familiar que han realizado en el largo camino que los ha llevado a ser nuestros seleccionados nacionales. La verdad es que cuando los veo competir y los escucho hacer sus declaraciones no puedo sino sentir orgullo de ser chileno.

De forma tangencial quería aprovechar la oportunidad para mencionar a otro “Team Chile” del que también me siento muy orgulloso. Me refiero a los miles de mujeres y hombres que conforman el Ejército de Chile. Personas que, al igual que nuestros seleccionados nacionales, provienen de todos los rincones del país. Esto hace que los militares, a pesar de la uniformidad propia de un cuerpo armado, gocen de una diversidad única y de la que pocas instituciones puedan jactarse. La variedad geográfica de sus integrantes es tan compleja que incluso aquellos que provienen de una misma región o provincia en particular, normalmente pertenecen a comunas diferentes y por lo tanto a realidades disímiles. Es así como a la mesa del desayuno, llegan las historias del norte, centro y sur las que hacen del “rancho”, una experiencia que trasciende la nutrición corporal.

Esta particularidad que tienen deportistas y militares, implica también la convivencia de personas provenientes de diferentes colegios, estratos socio económicos, etnias, estructuras familiares o con distintas orientaciones sexuales, políticas y/o religiosas. Un elemento interesante y que quizás no todos sepan respecto de estas diferencias, es que la rigurosidad y el sacrificio propio de la formación deportiva y militar hacen que estos contrastes pasen a segundo o tercer plano y se subordinen a un interés superior; para los que visten la camiseta de la roja es el orgullo de representar a Chile y darlo todo por intentar entregarnos una medalla que suma puntos a nuestra cohesión nacional, constituyendo, además, un ejemplo para millones de personas. En el caso de quienes visten uniforme es servir a Chile con la condición de estar dispuesto a rendir la vida si así lo requiere el cumplimiento del deber. Esto contribuye a que quienes vivimos en este país podamos hacerlo en paz.

Quizás, una de las cosas más significativas que puede tener todo esto, es que sin importar de donde vengas o donde estés, el amor que sentimos por nuestro país termina por reducir cualquier diferencia o distancia. Este amor que nos une, hoy se palpa en todos los rincones de Chile gracias a nuestros más de seiscientos sesenta deportistas del Team Chile que llevan la bandera en sus uniformes y de quienes nos sentimos orgullosos al estar representados por ustedes. Esperamos que perciban este orgullo, así como también, sientan la admiración por lo que hacen, deseando que con el tiempo se sumen muchos otros integrantes al equipo, gracias al tremendo ejemplo que nos han dado en estos días y que seguramente nos seguirán dando en el futuro.

 

Fuente de la imagen: Cuenta de Instagram de la Escuela Militar (https://www.instagram.com/p/CzEel-6O1dQ/?img_index=1)