¿A qué le tienes miedo? ¿A la muerte, al dolor, a la oscuridad? ¿Le tienes miedo a la guerra?, ¿Temes equivocarte, criar mal a tus hijos, tomar una mala decisión, fracasar? ¿Le temes a tu jefe? ¿O a salir de tu zona de confort? ¿O sientes que no le tienes miedo a nada?
Creo no equivocarme al decir que todo ser humano ha experimentado el miedo. Dudo que exista alguien racional que no lo haya sentido alguna vez. Ello no significa ser cobarde, simplemente es parte de las emociones genuinas, no digo debilidades porque el miedo a veces nos hace más fuertes, ¿no creen?
Para la RAE el miedo es la “perturbación angustiosa del ánimo por un riesgo o daño real o imaginario.” ¿Imaginario? Es decir que a veces sentimos miedo por algo que sólo ocurre en nuestras mentes. La “hormona del miedo” es la adrenalina, la que nos pone en estado de alerta cuando hay una amenaza o peligro real o imaginario. Esto también nos lleva a pensar que gracias al miedo y a la adrenalina es que, en ocasiones, el ser humano hace cosas que no puede en la normalidad, como si tuviera súper poderes. Entonces podríamos decir que la típica frase “todo lo bueno parte con un poco de miedo” tiene mucho sentido.
El hecho que me llevó a reflexionar sobre el miedo, es que mi hijo pequeño es muy perfeccionista y eso lo lleva a ponerse nervioso. Hubo un tiempo en que le daba miedo todo; ir al colegio, la nueva profesora, que sus amigos no se rieran de sus chistes, ir a su nueva academia de fútbol, etc. Yo pensé cuidadosamente qué decirle… Me vi obligada a reflexionar y opté por decirle la verdad: que todos a veces tenemos miedo y nos asustamos. Terminé mi sermón de mamá diciéndole “está muy bien tener miedo, pero lo importante es no dejar que te paralice”. Después de un tiempo creo que aquello le hizo sentido y de a poco ha podido controlar su ansiedad, ¡hazlo con miedo, pero hazlo!
El miedo tiene que ver con el riesgo que podemos o somos capaces de asumir, y de los costos que pueden tener ciertas acciones o decisiones que tomamos durante nuestra vida; Pero piensa: sin riesgos ¿dónde estarías? Quizás estancado, aburrido o decepcionado.
El miedo se manifiesta como una reacción emocional, que en oportunidades es incontrolable, como por ejemplo el “secuestro de la amígdala” [1], pero tal como indican los Estoicos, en ocasiones nos adelantamos al sufrimiento, sin pensar que nada es grave hasta que sucede. En otra mirada, como la de Hobbes en el Leviatán y Maquiavelo en el Príncipe, el miedo lo relacionan con el poder, una idea que va más por la sumisión producida por el miedo, ideas probablemente indeseables pero que aún vemos en la actualidad.
El miedo a la muerte es otro tema en que profundizan muchos pensadores y que a simple vista encabeza el listado de las cosas que pueden generar miedo. Los Estoicos sugieren que este sentimiento no debe existir para personas que se entrenan en la incomodidad y que practican la dicotomía del control[2] de Epícteto[3], ellos ven la muerte como parte de un proceso.
En alguna parte leí que “donde algo te haga feliz y te de un poco de miedo, ahí es…” Creo que es así, y que las cosas pasan bien lejos de la comodidad, monotonía y rutina. Creo que es un atisbo de las personalidades, ya que hay seres humanos que necesitan desafíos permanentes en sus vidas, pero otros que mientras menos cambios y más posibilidades de pasar desapercibidos, mucho mejor, ¿para qué exponerse a sus miedos?
¿Y qué pasa con los que somos militares? Algunos dirán que no tenemos miedo a nada, otros que no lo deberíamos sentir. Creo que el miedo hace que de cierta forma nos movamos y que bien canalizado puede significar nuevas opciones, una mejora constante e incluso tener un efecto potenciador; aquello que finalmente nos empuja a hacer algo. Un ejemplo claro de esto son nuestros 77 héroes de la Concepción que, siendo unos niños, se enfrentaron cara a cara con la muerte y entregaron la vida por su patria. ¿Alguien podría creer que no sintieron miedo en cada minuto que fueron asediados por el adversario, o cuando lo enfrentaron y murieron a manos del entonces enemigo? Pero ellos no permitieron que este sentimiento los paralizara, ellos lucharon por un bien superior, que fue infinitamente mayor que sus miedos.
Ten, conoce y enfrenta tus miedos; nos los cargues, haz que ellos te muevan. Personalmente me hace sentido que esa sea una forma de dejar el temor atrás y utilizarlo como una chispa que enciende la mecha de aquellos desafíos que nos gusta tener en nuestras vidas. El miedo es igual que la felicidad, está dentro de ti, entonces tú decides qué hacer con él.
Si todo esto te hace sentido, entonces la llamada es a utilizar el miedo como una oportunidad, en el sentido de usar la adrenalina como la energía que nos permita avanzar y lograr cometidos, usar esos súper poderes que nos van a llevar a hacer cosas increíbles, alcanzar metas, o hacer cambios en nuestras vidas, esos cambios que provocan la magia. ¿Sabes por qué? Por que de miedo no te tienes que morir, y pues porque a los muertos de miedo nadie les lleva flores…
[1] Secuestro de la amígdala cerebral, es un término que acuño Daniel Goleman (psicólogo, periodista y escritor normteamericano) para referirse a una respuesta emocional inmediata y abrumadora con una posterior comprensión de que la respuesta fue inapropiadamente fuerte dado el detonante (https://www.escouniversitas.com/que-es-el-secuestro-de-la-amígdala-cerebral-evítalo/
[2] Dicotomía del control es el nombre técnico que se le suele dar a la habilidad de saber diferenciar qué está bajo nuestro control, y que no (https://elestoico.com//dicotomia-control/.
[3] Epícteto, fue un filósofo griego de la escuela estoica que vivió parte de su vida como esclavo en Roma.
Fuente de la imagen: Sitio web “The Conversation” (https://theconversation.com/how-imagination-can-help-people-overcome-fear-and-anxiety-108209)
Mujer chilena, orgullosa militar hace más de 20 años. Estoica amateur y aventurera incansable de momentos felices.
vparrapoli@gmail.com
La verdad me ha servido mucho este relato